Por Ramsés Ancira
Cuando vi en el catálogo de Netflix la película Cenicienta en París no fue Audrey Hepburn, de la que había descargado recientemente Desayuno en Tiffanys y Charada, lo que más me motivó; tampoco mi afición por los musicales, sino el nombre del director, Stanley Donen, porque es el mismo de la película más feliz de la historia Cantando Bajo la Lluvia.
Funny Face, esta vez nos referiremos a ella por su titulo original, que es el más afortunado, es una hermosa película cuadro por cuadro.
En el índice de películas más valoradas por los usuarios de Internet Movies Database, no aparece Funny Face a la cabeza de las dirigidas por Donen, están antes las ya mencionadas Charada y Cantando Bajo la Lluvia, junto con Siete novias Para Siete Hermanos; y antes de Un Día en Nueva York, Échale la Culpa a Río y Arabesque.
No la objetamos, pero Funny Face, -la chica de la cara de sol <sunny face> de acuerdo a la composición de imagen que le hace Dick Avery (Fred Astaire) - por su fotografía, música, actuaciones y canciones es quizá una de las mejores películas, cuadro por cuadro.
Desde la obertura de este musical, en la oficina de la directora de un magazine de modas, incluida la onírica imagen de la revista con movimiento en rosa, pasando por las sucesivas sesiones de Hepburn posando como pescadora o novia, y una secuencia de los protagonistas, paseando por París, hasta encontrarse en la Torre Eiffel; otra de la delgadísima Hepburn con un entallado traje negro, o el baile sobre una balsa, es difícil encontrar una película con tantas secuencias tan bien logradas y tan bien engarzadas para una película perfecta.
Las escenas de baile, siempre perfectamente justificadas en la trama, están justamente distribuidas entre Astaire, Hepburn y Kay Thompson, por cierto esta última, mucho mayor que Audrey, que por esa época no llegaba a los 29 años de edad, falleció en 1998, a la edad de 88 años; en tanto que Audrey murió en 1993, cuando sólo tenía 63 de edad.
El encanto que demuestra Kay Thompson en la película de Donen tuvo pocas oportunidades en su carrera cinematográfica, apenas filmó nueve cintas para la pantalla grande y precisamente Funny Face de 1957, fue la última.
Astaire tiene un solo perfectamente justificado cuando convierte su abrigo en capote, volteándolo por el forro cuando atraviesa una vaca por una calle rural de París; Thompson hace una bella coreografía como directora de la revista con un coro de incondicionales diseñadoras, redactoras y modelos, mientras que Hepburn hace una loca danza en en café existencialista.
La película pudo no haberse filmado por la justificada reacción de Astaire, quien no veía como pudiera ser creible el enamoramiento de una muchacha de 28 con un galán 30 años mayor, pero todo se resuelve dignamente cuando hace mutis para dejar que Jo Stockton
(Audrey Hepburn) viva su historia de amor con el filósofo francés.
La gracia de Donen para mezclar edades, bailarines profesionales con aficionados y personajes tan heterogéneos como la vendedora de libros con la editora de una revista de modas, hace que la película se vuelva no solo lógica, dentro de la fantasiosa, sino además de una enorme belleza plástica.Funny Face no ganó los oscares para las que fue nominada, ese año 1958, lo obtuvo El Puente sobre el Río Kwai. Tal vez por eso despues se pensó que no era correcto nominar por igual a las comedias y a los dramas
Pero dentro del argumento hay una subtrama que por ese sólo hecho la haría una de las grandes películas de la historia, la que habla sobre las diferencias entre la simpatía y la empatía que se puede lograr entre personas muy diferentes.
Quizá, nada mas por esa subtrama, la película sobre el rostro que ilumina como el sol -"sunny face"- la de la bibliotecaria de cara graciosa, "Funny Face", que le da el título, es una de las infaltables en la visión de cualquier cinéfilo que se respete.
Una de las que DVD verse...y por si fuera poco, un argumento más. París es otro de los personajes de la cinta
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