martes, 5 de febrero de 2019

Terrorismo y feminicidio en el metro de la Ciudad de México


Diario de un Reportero



Ramsés Ancira
¿Qué tienen en común las estaciones Mixcoac y Zapata de las líneas 12, 7 y 3  del metro? Son estaciones de transbordo, con amplia afluencia de  gente. ¿Y qué tienen en común las estaciones Coyoacán y Aquiles Serdán? estas no son estaciones de transbordo, pero también son de alta afluencia. En todas se han producido secuestros e intentos de secuestro de mujeres. Lo bueno: están poniendo agencias del Ministerio Público móviles para atender estos casos, lo pésimo es que esto es igual a tapar pozos después de niños ahogados.
El hecho de que los secuestros e intentos de secuestro se den en estaciones de alta afluencia, parecen más relacionados con un intento de escándalo, o mejor dicho de terrorismo, que de delito común.
Una gobernadora es políticamente más vulnerable en hechos de feminicidio o secuestro de mujeres. Si la simpatía que refleja la popularidad de López Obrador lo hace por ahora  invulnerable, hay que buscar los puntos débiles; en su momento fue Marcelo Ebrard con las noticias amañadas de la línea 12 del metro; ahora el blanco es la jefa de gobierno de la Ciudad más grande de México.
Hace unos días cuando escribí acerca de la línea 9 del metro y de los tocamientos sexuales que ahí se han documentado, no pude evitar un sentimiento de pudor porque en realidad estos hechos existen; pero también me consta que se han convertido en una forma de extorsión, que no es nueva, de mujeres que acusan falsamente a personas amenazándolas con conducirlas al ministerio público, lo que casi nunca ocurre pues los extorsionan en el camino “otorgando el perdón” a cambio de dinero.
Es loable y sorprendente que varias de las víctimas mencionadas al principio, en las estaciones del metro,  hayan logrado escapar cuando ya estaban sometidas dentro de camionetas tipo Van. Si así lo hicieron, felicidades, pero también cabe la posibilidad de que les hayan permitido saltar de las camionetas, y si fuera así, al menos en un caso, habría de confirmarse que no se trata sólo de intentos de secuestro y violación sino de un modo de terrorismo directamente contra la jefa de gobierno e indirectamente contra López Obrador.
Cierto es que según datos del Semáforo Delictivo en el último año de Mancera las violaciones subieron en 118 por ciento, pero el fenómeno se volvió aún más visible con Sheinbaum y esto se politizó para bien, porque obliga a poner mayor atención.

Mapa elaborado por las victimas de secuestros e intentos de secuestro

Por eso más que las agencias móviles del ministerio público para denunciar lo que ya fue inevitable, es indispensable usar al cien por ciento de las cámaras de vigilancia. Usar todos los mecanismos preventivos al alcance.
Hace pocos días se transmitió una telenovela turca por canal 3. En casi todos los capítulos  se hablaba de las cámaras de televisión que se encontraban en las calles; de cómo los criminales, principalmente los que trabajaban en combinación con la policía, sabían la ubicación y como los agentes detectaban las placas de vehículos involucrados en ilícitos. ¿Por qué esto no ocurre en México, principalmente alrededor de las estaciones del metro donde ocurren los delitos?
De acuerdo a datos del Banco Mundial el número de homicidios en Turquía, país puente entre Europa y Asía, la criminalidad por cada 100 mil habitantes se ha mantenido estable desde 2012 con un promedio de 14 mil homicidios, lo que se puede atribuir en parte a las cámaras de seguridad y particularmente en la capital, Ankara. En   cambio en México el número de homicidios dolosos supera los 16 mil por cada 100 mil habitantes.
Sin embargo parte de la ineficacia de las cámaras instaladas en la administración de Miguel Ángel Mancera se debe a que se colocaron menos de las necesarias, por los precios insólitamente altos.

Precios de Mancera, precios de mercado


Lo imprescindible no son las agencias móviles  del Ministerio Público, en eso se equivoca Claudia Sheinbaum. No queremos denunciar delitos contra mujeres, queremos que nunca se cometan y una fórmula para ello son buenas y más cámaras se seguridad.
La denuncia de los secuestros no se dio a través de los mecanismos de seguridad ciudadana, sino a través de la red social Facebook y fue hasta  después cuando se dio la invitación a las personas afectadas para que pusieran las denuncias correspondientes.
Casi literalmente nos fuimos de espaldas cuando comparamos los precios que le ofrecieron a Miguel Ángel Mancera por la colocación de cámaras de vigilancia cuando fue jefe de gobierno del Distrito Federal. Son fascinantemente terroríficos y aquí algunos ejemplos:
Para este ejercicio tomamos como base la petición de cotización mediante oficio C5/DGA/DREMSG/SRM/JUDA/SC/102/2017 de fecha 25 de octubre de 2017 para la rehabilitación y actualización tecnológica de Mil 500 sistemas de Video vigilancia. Esto es, las cámaras colocadas en vía pública y las bocinas donde se anuncia la alerta sísmica.
En el presupuesto que integra un total de 32 conceptos, los cuales  van desde el propio proyecto ejecutivo hasta la capacitación de personal, se suma un costo de casi 400 millones de pesos antes del IVA. En varios de los rubros los precios exceden los que tendría que pagar cualquier particular por compras al menudeo.
¿Por qué pagar un proyecto de ejecución del proyecto si ya con la ganancia de las ventas se sufraga solo el estudio?
Así por ejemplo por la instalación de un sistema de clima para aire acondicionado marca Liebert con capacidad de una tonelada, sensor de humo  y motor de transmisión directa de dos velocidades, cotizaron 2 millones 497 mil pesos. En Mercado Libre encontramos un equipo usado, pero similar por el 5 por ciento de ese precio.
Al entonces GDF le cotizaron un escritorio con acabado de melanina de  1.52 m de frente por 1.05 m de altura en 63 mil 735 pesos cada uno. Como la compra fue 34 piezas el precio total superó los 2 millones 167 mil pesos. Aquí es evidente que por ese precio se puede obtener un escritorio incluso de caoba o de otras maderas preciosas.
Cada una de 14 sillas  ergonómicas con respaldo de malla  fue cotizada en poco más de 4 mil pesos. El precio promedio en línea de este tipo de muebles, al menudeo,  no excede de dos mil pesos
Un monitor led de la marca HP, de 27 pulgadas se cotiza en menos de 7 mil pesos en internet. En el presupuesto de Comunicación Segura para el gobierno de la Ciudad de México, cada uno de 102 aparatos, supera los 20 mil pesos, y aunque incluya los costos de instalación no hay forma de justificar un sobreprecio de casi el triple. Hay que tomar en cuenta que no se trata de equipo a colocar en un poste a 40 metros de altura, sino en un centro de monitoreo, al que se puede acceder en elevador.  
En otro ejemplo, por el suministro y colocación de un switch marca Cisco, modelo 2960, la empresa Comunicación Segura lo cotizó al gobierno de la Ciudad de México en 143 mil 936 pesos, más 18 mil pesos por programarlo. En total para ponerlo en funcionamiento serían casi 151 mil pesos por cada uno, para esta investigación  localizamos  el mismo aparato en menos de 64 mil pesos
En la compra de más de 3 equipos el precio baja a 23 mil pesos, como se puede ver en este enlace. Por seis aparatos, recordamos, el GDF paga más de 143 mil por cada uno.
Finalmente el procesador HP Proliant BC 460 generación 9, lo localizamos en Amazon a un precio de 7 mil dólares, unos 126 mil pesos mexicanos. Lo puede verificar aquí. Sin embargo en la cotización de Comunicación Segura, el suministro e instalación de cada una de las 10 piezas aparece en 941 mil 505 pesos con 47 centavos. Si la diferencia de 800 mil pesos es solo por instalarlo, es evidente que algo estaba saliendo mal.

¿Y qué tal una guardia ciudadana?

Una guardia nacional integrada por marinos, soldados y policías militares seguramente le daría a la Ciudad de México el aspecto poco agradable de una ciudad en guerra. Por los altos niveles de feminicidios sin duda lo estamos; pero esto no se tiene que visibilizar necesariamente.
Pero ¿Qué pasaría si aparte de los jóvenes a los que se pretende capacitar con empleos se les empleara en una guardia  civil específicamente para atacar el problema del  feminicidio?
Qué tal si en los puntos considerados como rojos se comisionara a mujeres con radios ocultos que sirvieran como señuelos contra estos secuestradores. Ya podemos predecir qué ocurriría un efecto cucaracha, que los delincuentes se dispersarán por las más de 100 estaciones de metro en activo. Pero por algo hay que empezar.
Cada vez podemos ver más en hospitales, estaciones de metro y otros lugares, carteles de jóvenes  desaparecidas. Lo mismo ocurre en las facultades de la UNAM. No basta con estos volantes en la calle. Debe haber una página en Internet donde se actualicen permanentemente las imágenes de las personas desaparecidas, clasificadas por sexo y edad, dando preferencia a las mujeres.
Nadie duda que haya casos en que estas chicas suelen desaparecer por propia voluntad, acosadas por problemas familiares o incluso sentimentales. Pero eso es lo de menos. Hay que darles el beneficio de la duda y si no se comunican con sus familiares aplicar los protocolos de inmediato.
¿Qué más quisiéramos que creer al pie de la letra las palabras de López Obrador de un pueblo bueno? El problema es que ese uno por ciento o 0.5 por ciento de criminales enferman al otro 99 por ciento y pueden causarle males irremediables a la sociedad.
Por lo pronto el problema de los secuestros e intentos de secuestros de mujeres, más que un problema de seguridad se está convirtiendo en un problema de terrorismo, muy probablemente con tintes políticos y en el que muy probablemente participan ex policías o desempleados o guardias de seguridad de antiguos partidos. No estamos hablando por hablar, recuérdese a los escoltas del ex procurador Javier Coello Trejo, implicados en varios secuestros, incluso cuando las mujeres estaban acompañadas de sus parejas. ¡Hay que detenerlos ya!

El tamaño del miedo

Terminamos este artículo con una anécdota comentada por una fuente confiable. Ocurrió hace cuatro meses, antes de la toma de posesión de Claudia Sheinbaum. Cuatro jóvenes amigas caminaban por las cercanías del metro Zócalo cuando un grupo de vendedores las distrajo con la venta de una mercancía.
En esto fueron forcejeadas por un grupo de sujetos que intentaron subirlas a una camioneta. Dos escaparon, dos no lo lograron. Después estas dos fueron liberadas, una de ellas murió a consecuencia de las heridas, la otra se suicidó por la humillación y vejaciones que sufrió. Aparentemente estas jóvenes profesaban la religión cristiana lo que hizo más grave su sentimiento de culpa.
Y a riesgo de extendernos más allá de lo habitual. Un padre de familia esperaba a sus hijos fuera de un antro, cuando se le acercó un sujeto moreno que lo confundió con el chofer de un uber y sin más le confió que cuando viera muchachas drogadas o alcoholizadas, le avisara para subirlas a una camioneta y que por cada una le pagaría 500 pesos. Cuando el padre de familia le confeso que no era chofer de ninguna compañía de taxis y que esperaba a sus hijas, el sujeto se alejó corriendo.
Este es el tamaño del problema de los secuestros y feminicidios en plena capital de la República. Hay que atacarlo y no con ministerios públicos, sino con trabajo de inteligencia. Sabemos que inteligencia es lo que le sobra a Sheinbaum y López Obrador. Ojalá que la demuestren en el caso de rapto de mujeres.  










Una kathedra en un minuto

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