lunes, 17 de abril de 2017

Concierto homenaje a Alberto Ginastera. Entrada Libre


San Pablo Oztotepec, Milpa Alta

Compraba miel de abeja en uno de esos reductos agropecuarios poco conocidos en la Ciudad de México y al preguntarle a la vendedora si era de Milpa Alta, me precisó con orgullo que de San Pablo  Oztotepec, que su marido la producía y ella la vendía y se gastaba el dinero. Me sonreí por la precisión pero ella agregó que hablaba en serio. 

Luego me contó que se trataba de una miel multiflora porque las abejas se alimentaba de distintas plantas,  y que la producción mayor se conseguía en la ciudad de México entre los meses de septiembre y octubre.

San Pablo Ozxtotepec está considerado como uno de los lugares donde se celebran los mejores carnavales de chinelos en el país. Algo peculiar es que aquí el Carnaval no se celebra antes de la cuaresma, sino el sábado de gloria y el domingo de resurrección.
Así como en Brasil hay escuelas de samba, en el sur de la Ciudad de México las compañías de danzantes se llaman chinelos. Ellos emplean máscaras y vestidos negros, con los que concursan pero no es necesario para poder bailar y darle gusto al cuerpo. Todo el pueblo participa de la fiesta. 

Para algunos es la oportunidad de ganar algún dinero con puestos de cervezas o de comidas regionales. Hay una pequeña exposición ganadera donde destacan unos conejos casi tan grandes como potros recién nacidos, borregos, vaquillas y caballos.

Durante el carnaval las casas de cultura presentan bailables regionales de Veracruz, Jalisco, Michoacán y otras regiones del país.

Milpa Alta empieza a tener problemas con cárteles que se asocian a talamontes, pero aún predominan lo mejor de la cultura y la convivencia de los pueblos tradicionales de México.

Desafortunadamente los señalamientos para recorrer la delegación son escasos y no es posible hacerlo con facilidad. Tal parece que los miles de millones de pesos que recaba el gobierno de Miguel Ángel Mancera por fotomultas, secuestro de carros con grúas para pagar un rescate e inmovilizadores, solo llegan a las cuentas bancarias de los funcionarios de la Secretaría de Movilidad, pero no se usan para mejorar la vialidad en la Ciudad de México.

Es una lástima



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