sábado, 16 de julio de 2011

Harry Potter, las Reliquias de la Muerte 7-2

En la última entrega de la zaga de Harry Potter, muy probablemente la más larga de la historia del cine junto con el Planeta de los Simios, no hay concesiones,  ni de Voldemort hacia el protagonista ni de los directores de la película con los espectadores, a tal grado que no habrá introducción ni recuento, en unas cuantas escenas pasaremos a la confrontación  final y habrá muertes de varios personajes entrañables.

Si El Planeta de los Simios compite en longitud con Harry Potter, esta se distingue de la primera por conservar a los mismos actores y la misma calidad, incluso creciente, mientras que la franquicia iniciada con Charlton Heston muy pronto se convirtió en una serie B, o de segunda categoría.

Es tan buena la película que no nos vamos a detener demasiado en lo malo; pero si consignamos que la proyección de la premiere del último capítulo del cuento, el 14 de julio. en el World Trade Center dejó mucho que desear. Le faltó brillo y el uso de los lentes de tercera dimensión se volvió incluso molesto, además de que la tercera dimensión casi no le aporta nada, a no ser por la secuencia final, casi nos atreveríamos a sugerirle que vea la versión en 2d para que pueda concentrarse en lo verdaderamente importante que es la trama, la actuación y la dirección de arte.

La primera parte de Las Reliquias de la Muerte, que fue una preparación de la segunda, es necesario conocerla para disfrutar el desenlace. El climax no deja nada que desear pues volvemos a Hogwarts y a los valores que hicieron de la trama un clásico del Siglo XXI: La solidaridad de la orden del Fénix, el totalitarismo nazi de los villanos; la magia blanca y la negra; un poco de la leyenda del mesías, tan querida para judíos y cristianos; el armagedon bíblico; el culto celta a los árboles con sus varitas de roble y otras especies.

Esto es quizá los que nos mantuvo a los fanáticos de la serie atrapados durante 10 años:  que nos cuentan una historia que todos compartimos, pero con otros personajes y escenarios.

Han cambiado mucho las cosas en 10 años. Ahora, la emoción colectiva hizo que muchos espectadores gritaran al unísono de emoción cuando vemos a los maestros de Hogwarts definir sus posiciones, a la madre de Giny, tan buena ella, no dando ninguna concesión a la horrible Bellatrix o compadeciéndonos del maestro con nombre de serpiente que por hacer de villano resulta el  héroe  más sacrificado de la zaga.


Aunque también el público ha cambiado para mal, parte del mismo no dejó de usar su blackberry en toda la función, mandando mensajes en las redes sociales e incapaz de abstraerse aunque sea por dos horas para dejarse envolver por la historia. Acción repugnante para los cinéfilos quienes preferiríamos haber ido a un cine más barato y menos snob.

Traiciones, avaricia, perdón, reivindicación, heroismo, sacrificio, hermandad, solidaridad, amor, amistad, todas las emociones humanas, buenas y malas se mezclan en dosis exactas en la trama de Harry Potter, junto con momentos de gran cine, como ese de la escena final en la que vemos a nuestros héroes, Harry, Hermione y Ron, a tantos años de los sucesos que marcaron su historia.
Sin importar nuestra edad,  crecimos con Radcliffe, Watson y Grint
De los 11  a los 22  años, las edades que más quedarán marcadas por el crecimiento de Harry, Hermione y Ron


Gracias a J.K. Rowlings por hacerse la mujer más rica de Gran Bretaña sin explotar a nadie, sin caer en los juegos de guerra de la triada infernal George Bush, Tony Blair, José María Aznar, secundados por el magnate Murdoch, el dueño de la repugnante Fox News y otros negocios que mercan con la guerra. También en los estudios hay clases sociales y por eso Warner Bros pudo con el reto.

Gracias a su pluma y a las adaptaciones cinematográficas, una gran parte de nuestras generaciones del Siglo XXI, aborrecerá la muerte, la maldad y el egoismo. Con ella aprendimos que si no podemos escapar a nuestro destino, hay que enfrentarlo pase lo que pase. Que no importa cuanto planeemos. si como dice Potter, al final, de todas maneras se va a producir un desastre.

Hay un héroe, sin duda, el que le da nombre a toda la serie; pero sin la participación de sus maestros, de sus protectores, de muchos condiscipulos  no hubiera existido un final casi feliz, no del todo porque muchos héroes pagarán con su vida para que el otro avance por el bien común 

La solidaridad en las buenas y en las malas, es lo que le da la grandeza a la zaga de Harry Potter. El amor siempre triunfa y aunque queda algo de amargura por las víctimas que quedaron en el camino, el que nos permita vislumbrar que hay otros niveles de existencia, nos basta para quedarnos con un buen sabor de boca y un hálito de esperanza en la segunda parte de Harry Potter, las reliquias de la muerte, que es imperativo   exhiban pronto, en función doble, en la Cineteca Nacional, para que se disfrute en toda su magnitud unitaria.  


Una kathedra en un minuto

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