sábado, 6 de noviembre de 2010

El día en que me asesinaron en Facebook


Carmen Boullosa ( Ver todos sus artículos )

(Publicado en la verssión virtual de Nexos, Noviembre 2010

No me queda claro el día preciso de mi muerte en Facebook.

Comenzaré por ser cursi: me di a luz en un descuido, fue un desliz, respondí a una invitación que me pareció seductora (¿fue la de Salman Rushdie?) sin medir las responsabilidades, sin comprender las consecuencias. Fue hace cosa de dos años, el tiempo corre cada vez más rápido, no lo puedo precisar. Anoté la menor cantidad posible de datos para mi “perfil”, no puse foto, no anoté nada sobre de mi persona. No fue un parto bien asumido, fui mamá por error, o por lo menos una descuidada o desenamorada del hijo, la que no prepara chambritas o teje ropitas o borda pañales y sábanas, ni siquiera compra o lava lo que le heredan las amigas y hermanas.

FacebookYo se fue poblando; le subieron fotos, videos, comentarios; creció la red de amigos. No fue gracias a mis labores: sólo respondí a los pelotazos. Me faltó entusiasmo. Nunca terminé de darle el trago.

facebook

No recuerdo cuál fue el último día en que visité mi “perfil”, en que “me visité”. No lo hacía a diario, sin falta dos veces al mes. No me fui muy fiel a mí misma, me procuré poco. FacebookYo me exigía atenciones, a cambio hacía reaparecer amigos, gente que he perdido y que me alegraba reencontrar. Como por encanto brotaban de vez en vez algunos lectores de mis libros inencontrables, varios colegas mexicanos y extranjeros a los que tenía tiempo sin ver, o con los que acababa de tomarme unos vinos; me escribió un poeta colombiano del que acababa de leer un par de reseñas entusiastas (le pedí el libro, me lo envío, lo degusté con entusiasmo), algún francés, un croata cuyo original me fue imposible de descifrar, etcétera. La bolita creció y se volvió un bolón.

Aquí empieza la vida real, termina la casualidad o el romance. FacebookYo me despertaba sentimientos encontrados. A veces me gustaba, otras era un fastidio. La verdad es que prefiero armar rompecabezas o bailar, o ver amigos. Los encuentros virtuales me tensan, los esquivo (aunque no tanto como las llamadas telefónicas que cada vez soporto más malamente). El paso del tiempo me ha ido convirtiendo en menos gregaria, o en más selectiva, y Facebook se trata de ser gregario e inclusivo.

Hay que sumarle que escribir es solitario, que cada vez me resulta más exigente, y que en los últimos años me he enredado en creaciones colectivas (una película es la última) que de alguna manera copan por completo mi vida social, proyectos de los que salgo huyendo para estar otra vez a solas. Por esto no veo a nadie sino a aquellos con los que estoy trabajando, casi literal (incluyo a mi marido, mañana a mañana le pongo la distancia: “gracias por el café que me traes a la cama, pero no quiero volver a saber de ti en seis horas”); voy de convento de encierro a clausura monástica. Encima, me ha dado por cocinar, y eso también es un cerco. ¿A quién de mis amigos, intelectuales y artistas, gente toda de trabajo, puede interesarle obsesivamente, como a mí, la calidad de los diferentes jitomates, la textura de la imprescindible cebolla, los tipos de ajos, las abismales diferencias entre el jengibre y la cúrcuma, lo diferente de secar el chile poblano en casa, por no hablar de los cuchillos, etcétera, etcétera, hasta el eterno fastidio? Cocinar me ha vuelto aún más solitaria, y no diré que hace más ancha mi cueva, porque la verdad es que la estrecha. Es una pasión escondida y que —fobia para mi género por generación— me avergüenza. No consigo mirar de frente mi amor por la cocina. Es peor que un pecado. Muchísimo peor. Los pecados pueden estar llenos de encantos. Cocinar, no.

No recurriendo a la plaza-Facebook con frecuencia, me comenzaron a atenazar las zozobras, ¿quedaba yo mal con alguien querido o temido o recontrarrespetable o poderoso?, ¿no habría aceptado una invitación por error, o —tal vez peor aún— en un teclear equivocado, habría aceptado alguna que no lo era sino una sugerencia de otro “amigo”?, ¿qué era eso de aceptar a desconocidos de los que yo no sabía absolutamente nada? FacebookYo fue por un periodo la arena para dar rienda suelta a paranoias disparatadas.

En uno de esos picos en que sube la presión de escribir, desee no haber nunca sido FacebookYo. Ésta no me parecía sino otra obligación más, un deber, algo que no podía desatender, una carga encima de los mil pendientes, una monserga a la hora de pelear minuto a minuto el territorio para escribir la novela. Pasaba yo por unos de esos momentos de oro en que todo, los sueños, el momento al despertar, lo que se escucha al paso, la música de la radio del vendedor ambulante, la mirada de la cajera, los olores o hedores de una esquina, la caída de una hoja de árbol, todo es de la novela, todo sirve a la novela; cuanto ocurre o está, parece hacer sentido porque es materia prima, artículo robable, todo parece imantado por un norte común: construir esa novela.

Entonces, el único deseo es escribir, no porque la pluma vuele (no hay imagen más absurda: la pluma necesita el roce, si vuela no escribe; lo mismo con las teclas, cómo van a volar ni qué ocho cuartos, sin golpe no hay letra), porque todo va que vuela hacia la pluma como si fuera una especie de cetro loco, de cetro que desprecia el poder.

Todo sería para la novela en ese trance, como dice mi Inspirada-Novelista-Yo, excepto FacebookYo. Ahora que recapitulo recuerdo con exactitud (en la medida en que soy posible de ella, aunque se me antoja decir que era “precisa”) que ni una sola línea de mi última novela, ni una, se la debí a Facebook. FacebookYo no cooperó nada, nada nada nadita para levantar el libro. Era como un ataúd. Como una tumba. Pesaba como una lápida. Cuál Pípila ni quiochocuartos: el héroe patrio la tuvo más fácil que cargar con Facebook.

Diré que en algo yo no estuve mal: a FacebookYo mi obsesión de escribir la novela le importó un reverendo bledo. Se rendirían ante mi obsesión todo y cuantihay, desde el amanecer hasta el chofer del pesero (o el de la combi), el mismo Morfeo me daría material necesario para escribirla, pero no el dios de Facebook. Y, menos, mucho menos, FacebookYo. No me dejé vencer.

A la distancia, también FacebookYo me parece bastante cool. Tiene, además de altanería y arrogancia, su dignidad. Su resistencia. Es un guerrero que no se rinde, que no se entrega a vapores delirantes, que se amarra por su independencia a su universo. Es un defensor de la autonomía.

La novela en proceso, como tal, podría ser un huracán, pero pasajero. Y ya terminada su hechura, la novela caminaría en su carril, en su voyderechoynomequitoyconeldiablomedesquito. FacebookYo sabiamente se afianzaba a lo real. Más valioso todavía porque FacebookYo quesque es virtual. A pesar de eso, no hay duda de que se comportó con más sensatez que lo real-de-a-de-veras. Al no claudicar frente al imperio de la Novela-En-Construcción (construcción suena bastante mejor que “creación”, más preciso, menos pretencioso, aunque la mayúscula nos pone en problemas), demostró que era su propio eje, ajeno al imaginario arbitrario de un autor. Y si no era su propio eje, por lo menos daba por sentada su propia inteligencia: era lista, lo suficiente como para no dejarse engatusar por otros, y para que no la robaran.

En este humor infernal o celestial o como le etiquetemos, en ánimo “creativo” (repugna llamarle así, suena a crujido, no calza a la tensión “creativa” —auch, guácala, otra vez la palabreja—, no da a entender que ese estado de pausa es tan inventivo como un ladrón de quinta), mi relación con FacebookYo empeoró. El convivio, la plaza del pueblo donde salir a pasear del brazo de los amigos y chismear pestes de los enemigos, la villa levantada por los de gustos comunes, quesque partícipes de filias, la ciudad sin tráfico, ni narcocrímenes, soldados paseando por las calles con armas de alto poder, ni chalecos antibalas, secuestros, decapitados, torturados, periodistas asesinados, inundaciones cada que (rutinariamente) vuelve a llover, la ciudad paradisíaca, para mí se convirtió en una tierra minada. Por culpa de FacebookYo, el Edén se me emponzoñó.

Contra toda lógica, Facebook fue un ir a checar tarjeta a la oficina indeseable. Nunca he tenido un empleo así, ni el primero que tuve, nacido de la necesidad.
La primera vez que fui empleada formal, fue para laborar como edecán de la Feria Ganadera Nacional, a mis 17 años, en la ciudad de México, en el Palacio de los Deportes. Corría 1971. El trabajo me parecía divertido (y estaba muy bien pagado). Me uniformaron con un minivestido, no suficientemente coquetón, de rígida terlenka roja, que la embajada norteamericana me dio. El vestido da para mucho hablar: rígido, parecía más bien corsé, pero era holgado, durito, sí, como una costra, pero muy arriba de la rodilla. A su manera, era muy sexy. Pero muy a su manera, combinaba el mandato libertario de los sesenta con el protestantismo atrabiliario anglosajón.

Y sí que me divertía con mi empleo. Hacía cuanto estaba en mi alcance (lectora de la Brontë, y entonces devota de Browning —he perdido el júbilo por su poesía) por traducirles a los rancheros gringos dónde y de cuál calidad tenían las partes privadas las vacas mexicanas y de qué género eran sus porciones públicas.
Uno de esos rancheros incluso me ofreció empleo. Conservo en mis archivos una carta que me envió por correo (no había entonces de otra), membretada, del King Ranch. Si hubiera aceptado su oferta, mi vida hubiera sido otra.

facebook2

En esa otra vida, RancheraYo tengo el cabello teñido de platino y llevo implantes en mis protuberancias anteriores; también ya pasaron la tijera y el bótox por mi cara; uso siempre tacón alto, posiblemente zapatos dorados, incluso para ir al mall; diario paso horas en el gimnasio; tengo la cartera llena de billetes y bienes diversos. RancheraYo soy otra yo, absurdo porque no sé sino ser yo misma hasta el fastidio. Pero lo más obtuso es que RancheraYo también yo soy escritora.

RancheraYo escribo libros muy leídos. Son en parte autobiográficos. Cuento, con eficacia, la historia de mis pesares familiares, cómo dejé México empujada por éstos y cómo me tomó el pelo el vaquero rico (en la realidad no creo que él tuviera un pelo de ganas de tomármelo). Reseño cómo huí de sus garras y escapé con riesgo de las grandes extensiones de tierras, escondiéndome entre el numeroso ganado. O no, porque es ridículo, mejor pensemos que huí a bordo de un jeep camuflado, después de seducir a un soldado de la base militar cercana, vestida de hombre. Aunque lo de vestida de hombre, en ese personaje que fui yo, es tan improbable como verme escondiéndose entre vacas.

No funciona esto de “vestida de hombre”.

Propongamos que en la desesperación, orillada por la violencia, disminuida, humillada, me veo esquinada a ofertar mis encantos, con tal de encontrar escapatoria.

Pero lo de ofertar encantos no cuadra, no está en mí (tampoco cabe la idea de que yo lo proponga, ¿en qué estoy pensando?). Pero… porque un pero hay… ¿esa yo que no fui, la RancheraYo, tiene algo en común conmigo, de modo y manera que yo puedo juzgar cuál es su brújula moral? ¿Hay algún punto de contacto entre ella y yo? No puede haber roto del todo conmigo, para afirmarlo tomemos en cuenta el hecho, muy significativo, de que ella es también escritora.

Sea como haya sido, el hecho es que RancheraYo dejé el cautiverio al que el millonario texano me tenía sometida, y me abrí paso en la arisca Texas. En uno de los libros que escribí siendo RancheraYo, sin duda el más famoso, cuento con pelos y señales cómo fue mi caída y rehabilitación en y del alcoholismo, mi conversión a la Fe-Equis-Ye-Zeta, en la que sucumbí por las artes de convencimiento de un pastor de buenos bigotes —asiduo al bar que yo entonces frecuento—, un pícaro y notorio ladrón.

Soy una conversa ejemplar, hablo lenguas y levito de lo más lindo (y cómo no, si soy un alma perdida, sin raíz, sin base: soy puro vuelo*), me creen una elegida, una santa; me visitan a pedirme favores, milagros que concedo a veces. Dejo la conversión al comprender el alcance de los fraudes de mi guía pastor, que para entonces ya está en Brasil, hamacándose bajo palmeras de coco y dátiles, refugiado ahí de la persecución del FBI.

Pasan unos meses, y el FBI me contrata, con el ranchero rico, yo había aprendido a usar armas de mediano alcance, un breve entrenamiento de la institución me torna en la agente perfecta para atrapar al defraudador del que yo misma fui víctima.

Viajo al Brasil, con una falsa identidad. Mis espectaculares implantes de senos, mi dorada cabellera, mis tacones y los entallados pantalones en telas metálicas llaman la atención de un extraño millonario. Las incontables horas en el gimnasio comienzan a dar fruto (el texano millonario no supo para quién trabaja). Me enredo con el millonario dicho. El güey abandona a su mujer. Ella lo demanda. En un golpe inesperado, la cuasiex es acusada de tráfico ilegal de diamantes y de amigarse con dictadores caníbales. Las revistas sensacionalistas más leídas publican fotografías, donde la ex de mi Réis aparece codeándose con torturadores de piel oscurísima, algunas bastante comprometedoras.

Ganamos la demanda, la ex ha perdido toda cualidad moral, los medios la hacen picadillo. Poco después, el FBI me informa que mi amante millonetas es un afamado proxeneta. Mucho me dolerá, pero no hay mayor problema, porque mi Réis me ha depositado en una cuenta a mi nombre en Guyana una cantidad fabulosa de euros.

No sé bien por qué, tal vez empujada por los aires en boga, entrego a mi ex millonetas a las autoridades, y regreso a cazar al pastor, que ya para entonces ha dejado las palmeras brasileñas, alertado por alguna de las víctimas de mi amante transitorio —de cuyo nombre no puedo olvidarme, dado su legado perdurable, contante y sonante—. El pastor se ha resignado con Punta del Este, donde doy con él tras visitar el hotel donde murió Amado Nervo, sólo porque a Nervo me lo recitaba mi papá de niña.

Doblada por mi ataque de melancolía memoriosa, cometo el desliz de llamar por teléfono a la casa paterna. Mi madrastra contesta el teléfono, a nadie sorprenda (y esto es realismo básico) que se niegue a comunicarme con mi papá. Sobrepasada por mi historia miserable, me empino de un golpe una botella repleta de barbitúricos. El médico en residencia en el hotel donde me hospedo, se prenda de mi persona, perjura que no son mis encantos físicos.

Etcétera. El etcétera se enreda. La enfermera tiene un amante que fue compañero de mi maestra de español en segundo de secundaria. Intenta convencerme de que… Y paro los etcéteras porque esto se pone peor que los cuchillos y la estufa. Y porque, en realidad, la vida de RancheraYo no me interesa ni un bledo partido por la mitad.

Pude haber sido otra. Pude haber seguido a mi amiga del alma, Hanna Bravo Mancera, enfilarme con ella a la guerrilla centroamericana en un acto heroico de exaltación revolucionaria. Y pude morir sacrificada por la causa, o no. Lo que no puedo hacer es detenerme aquí en esta otra vida ficticia que no quise tener, que no tuve.

En realidad sólo he tenido la vida que he querido. Miro hacia atrás y pienso qué gafes de la propia hubiera deseado no cruzar, o en cuáles hubiera sido mejor no empantanarme. Pero es imposible. Lo que quise, lo tuve. Lo que quiero, es otra cosa.

Porque —antes de dejar el continente de lo que pude haber sido y no fue— recuerdo otra: tal vez, conjeturo, si mi mamá no hubiera muerto, si yo no hubiera roto, si mi persona contenía desde antes de esa pérdida una fractura —por mi generación, por mi tiempo, por mi psicología—, tal vez, rompiendo contra una irrompible, yo hubiera sido cantante, y hubiera pertenecido a la generación de José José, con sus Barcas y sus Tristes y los Roberto Cantorales. Tal vez en lugar de ensayar con el hijo de la Titi Calles, mujer entonces de José José, yo hubiera podido ser colega del estrella. Y habría tenido otro gusto, bastante capuchín. Pero incluso ahí habría escrito un libro.
Que no habría sido un bestseller internacional, o nacional, sino sólo motivo de burlas y objeto del ridículo. Porque una cosa es Manhattitlán, y otra distinta las ciudades del norte.


El tiempo lo cura todo. Mal que bien, me fui acostumbrando a FacebookYo. Conviví conmigo tan bien o tan mal como el resto de mi persona, que se me volvió parte de la batalla cotidiana, otro más en la arena, que, aunque estuviera lejos de ser un protagónico, contaba. Un miércoles sí y uno no, el día de mi columna en el periódico, abrí FacebookYo para subir mi columna periodística a Facebook. Ese día me ponía al día —si me alcanzaba el tiempo—, aceptaba amigos, leía mensajes, etcétera. Pero el miércoles pasado, cuando intenté subir la columna quincenal, no hubo tal: FacebookYo había muerto. La esquela decía: su página ha sido deshabilitada.


Quede bien claro que mi muerte no fue un suicidio. De haberme matado yo, habría dejado una nota explicando mis motivos. Antes de cortarme las venas, me habría despedido por escrito, explicando las razones de mi huida. Pero no fue voluntaria mi muerte. Un golpe inesperado…

Leí las justificaciones por las que Facebook optó por asesinarme. Lo juro: no transgredí ningún lineamiento. Alguien debió acusarme falsamente, denunciar el contenido por motivos ajenos a mí o al contenido de la página de FacebookYo. Si bien no vi todas las fotos que los amigos subieron al perfil, y en honor a la verdad ninguno de los videos, no hay duda de que no son los culpables de este desenlace: me habría enterado si alguna o alguno hubiera sido “inconveniente” (suponiendo que alguna foto mía pueda ser inconveniente; a estas alturas más bien pueden servir para catálogo de horror).

Alguien me infamó. ¿Tal vez en esa última ronda piqué una tecla invitando no a alguien que deseaba ser mi amigo, sino a una recomendación de un amigo ya existente? ¿O fue simplemente un enemigo, alguien que preferiría verme desaparecer del todo?

Escribí a Facebook pidiendo “des-deshabilitaran” mi cuenta, solicitándoles mi resucitación. Pero no me permitieron lazarear, o no hasta hoy, cuando escribo tres semanas después de mi muerte. Sigo falleciente, o fallecida.

No me sienta bien. Nada más apetecible que lo imposible: quiero me regresen mi FacebookYo. Olvido cuando me fue detestable.

Lo exijo. Y qué más da, bien puedo bailar tango o gritar o ponerme en huelga de hambre. Es inútil: el dios de Facebook es inamovible. He caído de su gracia. Todo será en balde.

Me asaltan tres preguntas. La primera es curiosidad elemental: ¿Facebook-Quién lo hizo, acusándome de un crimen social que no cometí? Lo fácil habría sido simplemente ignorarme, pero es alguien más emprendedor, un golpeador en la oscuridad. Tengo mis candidatos, conociendo cómo se las gastan. El motor pudo haber sido la envidia. ¿Quién podría envidiarme? Eso es otro tema: los que envidian, los que tienen a la envidia como motor en su camino, emponzoñados… Los reconozco.
Ustedes también. La envidia es el hermano espurio de la ambición, el cáncer que crece al costado de los creadores. Y aquí sí cabe esta palabra.

La segunda pregunta viaja al terreno de las hipótesis: ¿me habría detestado mi asesino si yo hubiese sido la RancheraYo? ¿Gané ese enemigo años atrás, cuando no fui lo que pude haber sido? ¿Habría sido un fan incondicional de los poemas que la RevolucionariaGuerrilleraYo publicara en rimbombante editorial revolucionaria? Probablemente, porque a su bajeza le gustaría pertenecer a un gremio, no sentir ni pensar en cabeza o corazón propio, involuntario conocedor de su insignificancia.

La tercera: ¿el culpable habría sido un seguidor ruidoso de los poemas que RancheraYo publicaría en un volumen gordito aunque de pequeñas dimensiones, de portada rosa mexicano, vendido en los Starbucks y Barnes & Noble, libro de cabecera de imponderables políticos del vecino del norte? Contesto lo mismo que a la segunda pregunta que lancé. El que no sabe pensar con cabeza propia, el cobarde, el borrego…

Pero en todo caso, esa es otra historia.


Carmen Boullosa.
Escritora. Su más reciente libro es La virgen y el violín.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Cartelera Teatral y Libros. Forum Noviembre 2010

Nota del Editor: Este material es compartido por cortesía de la Revista Forum, editada por Eduardo Ibarra Aguirre


Necesario sensibilizar a jóvenes y niños

* El director teatral Sergio Guerrero asegura que es preciso hablar con ellos sobre la realidad actual * En Mamá corazón de acero, se abordan los temas de la guerra y la relación entre padres e hijos

Héctor Cortés Martínez

hecomartin@yahoo.com.mx

“Se tiene que hablar con los niños y jóvenes sobre lo que ocurre diariamente en este país, pues los ojos no pueden cerrarse, ya la realidad y la violencia llegó a sus puertas y todos nos hemos quedado mudos”, afirma Rodolfo Guerrero, director de la obra de teatro Mamá corazón de acero que se presenta en el teatro Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque (Reforma y Campo Marte sin número, colonia Chapultepec Polanco. Informes al 52 80 87 71).

Durante la presentación de esta obra escrita por el dramaturgo y poeta alemán Bertolt Brecht (1898-1956) y adaptada para niños y jóvenes, Rodolfo Guerrero explica que se trata de mostrar el horror de la guerra vivida por una familia y una madre heroica “y en la que se busca sensibilizar y concientizar a los espectadores sobre la guerra y la relación entre madres e hijos frente a una situación bélica”.

Para el director teatral, es necesario acercar a niños y jóvenes al mundo de Bertolt Brecht, “por los tiempos que actualmente viven los jóvenes, pues estos temas como la guerra y la relación entre padres e hijos, eran recurrentes en muchas de las obras de este dramaturgo alemán”.

Afirma: “Hacer esta obra es una necesidad real, pero también un canto de esperanza, creo que los niños son de los primeros que deben de aprender sobre los valores que en muchos casos, ya no tienen ningún sentido para los adultos. Valorar la paz, la libertad, su mente está despejada, sus ojos no están contaminados, su alma está fresca y se tiene la capacidad de soñar en un mundo mejor”.

Por su parte, Antonio Zúñiga, quien hizo la adaptación del texto de Brecht y encarna al autor en la obra, señaló que su intención es “que muchos niños salgan del teatro con muchas preguntas para sus padres, después de disfrutar una obra que apuesta a la inteligencia. Es una obra que en todas sus dimensiones no intenta para nada ser pequeña, no siquiera lo son los niños que participan en escena”.

Sobre la adaptación del texto del escritor alemán, afirma que no obstante que Brecht es una autor de ideas políticas, “en el escenario éstas se plantean de una manera lúdica, con canciones, de manera divertida. Nos parece que de ninguna manera, los niños sean menores de edad teatrales”.

Rodolfo Guerrero y Antonio Zúñiga coincidieron en la necesidad de realizar un teatro comprometido con el entorno y aseguraron que en esta puesta se exige mucha entrega porque los niños y jóvenes, a quienes está enfocado este espectáculo, son seres que tienen voz y palabra, “y el acercamiento hacia ellos es como espectadores, pues su mundo está lleno de preguntas y las respondemos de manera directa, franca y honesta”, señalaron.

Con las actuaciones de Norma Angélica, Antonio Zúñiga, Yolanda Abud, Gilberto Barraza, Sandra Rosales, Margarita Lozano, Nicolás Caballero, Juan Bernardo Flores y Gustavo Linares, Mamá corazón de acero realiza funciones los sábados y domingos a las 12:30 horas.


Cartelera

La guerra del Klamm. La obra escrita por Kai Hensel (1965, Hamburgo, Alemania) y dirigida por Aracelia Guerrero, reflexiona sobre el poder que tienen los profesores sobre las mentes de los alumnos que moldean. La trama muestra como al profesor Klamm lo culpan del suicidio de un estudiante que reprobó, ante ello, el educador se refugia en el alcohol y desarrolla una personalidad perturbada, con odio ciego y desesperación. Funciones los sábados y domingos a las 13 horas en el salón de Escenografía del Centro Cultural del Bosque (Reforma y Campo Marte sin número, colonia Chapultepec Polanco. Informes al 52 80 87 71).

El ángel de la culpa. El texto de Marco Antonio de la Parra gira en torno al asesinato de un hombre en un departamento lujoso y cuyo cuerpo es encontrado junto a un joven, hecho que desatará interrogantes, vergüenza, culpa y misterio, aunque a veces no todas las cosas son lo que parecen. Con las actuaciones de Emilio Guerrero y Antonio Peña, realiza funciones los lunes a las 20:30 horas en el Foro La Gruta (Revolución 1500, colonia Guadalupe Inn, informes al 41 55 09 19).

Caminos. Dirigida por Cecilia Villarreal y con la Compañía Luna Avante, aborda la relación de dos amigos gitanos que, después de tiempo de no verse, se reencuentran por la muerte de un amigo, a quien deciden hacerle una despedida especial, situación que les permite elegir una manera alegre de ver la vida. Con las actuaciones de Leonardo Ortizgris y Bernardo Gamboa, tiene funciones los domingos a las 18 horas en el teatro La Capilla (Madrid 13, colonia Del Carmen Coyoacán. Informes al 30 95 40 77).

Los amantes. Para la dramaturga Aída Andrade, “las mujeres se casan, como dice el contrato, hasta la muerte, y los hombres son más relativos”. En este trabajo, se propone que para salvar un matrimonio, la solución es la imaginación. En escena una pareja trata de salvar su relación inventando personajes para satisfacerse y darse una oportunidad. Funciones los viernes a las 20:30 horas en el Foro la Gruta del Centro Cultural Helénico, ubicado en Revolución 1500, colonia Guadalupe Inn, informes al 41 55 09 19.

Pacamambo. Julia es una niña de 12 años de edad y su abuela María acaba de morir, además de sufrir tiene coraje y decide conservar el cuerpo de la anciana hasta que la muerte venga a hablar con ella, porque no tiene ningún derecho de quitarnos lo que más queremos. El texto de Wadji Mouawad es dirigido por Hugo Arrevillaga Serrano y realiza funciones los sábados a las 19 horas en el teatro La Capilla (Madrid 13, colonia Del Carmen Coyoacán. Informes al 30 95 40 77).

Huraclown. La espiral del humor. El gran clown Aziz Gual, graduado del Ringling Bros. And Barnum & Bailey Clown College y fundador del teatro de calle Cumbre Clown, construye un espectáculo que despierta la infancia de los adultos y sacude las emociones de los niños, imprimiendo un sentido poético, humorístico y de reflexión a sus ejercicios virtuosos y excéntricos. Funciones los sábados y domingos a las 13 horas en el teatro Casa de la Paz de la Universidad Autónoma Metropolitana (Cozumel 33, colonia Roma. Informes al 52 86 53 15).

Los insensatos. Cómica y terrible. La obra pretende crear en el colectivo una reflexión sobre la historia y el presente, de qué pasó con el país. El 2 de septiembre de 1910, Porfirio Díaz encarga a su hijo la construcción de un moderno hospital para alienados y da paso a La Castañeda, hecho que utiliza David Olguín (autor) para señalar que “no hay país para la fiesta a 200 años de su fundación, pues sólo en la verdad de las mentiras la historia puede pulsar la cuerda rota del presente”. Funciones: jueves y viernes a las 20 horas, sábados a las 19 horas y domingos a las 18 horas en el teatro El Milagro (Milán 24, colonia Juárez. Informes al 55 66 94 23).

Muertos sin sepultura. En el Foro la Gruta (Revolución 1500, colonia Guadalupe Inn, informes al 41 55 09 19) se presenta esta obra de Jean Paul Sartre y que dirigida por Paola Pérez-Rea, cuenta una historia de un grupo de rebeldes capturados durante la II Guerra Mundial y que es torturado para que revelen datos de su líder. Esta experiencia que los tiene al borde de la muerte, además de dolorosa, los confronta al extremo de su existencia. Funciones los miércoles a las 20:30 horas.


Libros

Amores mexicanos. Similar a Arrebatos personales, de Francisco Martín Moreno, en este trabajo José Manuel Villalpando afirma que no hay héroes ni villanos de pedestal, por lo que intenta retratar a personajes históricos “de carne y hueso”, como Miguel Domínguez y Josefa Ortiz de Domínguez, Andrés Quintana Roo, José María Lafragua, Ignacio Allende y Antonio López de Santa Anna, quien además de ser presidente de México en 11 ocasiones, intentó enamorar, entre muchas mujeres, a la hermana de Agustín de Iturbide. (Editorial Planeta, 2010, 334 páginas).

Los generales. Rafael Rodríguez Castañeda coordinó este libro que recoge las experiencias de un grupo de reporteros de la revista Proceso, quienes analizan la militarización del país en el presente sexenio de Felipe Calderón, quien desde el inicio de su mandato la utilizó como bandera para fortalecer su imagen y su cuestionado triunfo electoral, para combatir al crimen organizado. Exponen cómo el Ejército se apropió de la Procuraduría General de la República (PGR), suscitó miles de víctimas y violaciones a los derechos humanos. (Editorial Planeta, Temas de hoy, 2010, 325 páginas).

Felipe de Jesús. El pequeño. Hilarante. Como es costumbre de Rafael Barajas El fisgón, mediante sus viñetas, un texto crítico, documentación periodística e investigaciones académicas, nos presenta una versión tragicómica del período de Felipe Calderón, desde las elecciones del 2006 y sus promesas de campaña y la propaganda mediática masiva. (Editorial Planeta, 2010, 259 páginas).

A la sombra de mi vida. La francesa Florence Cassez Crepin fue detenida en 2005 por su presunta complicidad con una banda de secuestradores, lo que ocasionó un intercambio de puntos de vista diplomáticos entre México y Francia. En su libro señala que su detención fue un montaje de rescate de un secuestro y por denunciar esta simulación fue encarcelada. (Editorial Océano, 2010, 220 páginas).

Los discípulos del diablo. El círculo íntimo de Hitler. Anthony Read aborda la personalidad de Hitler, quien no obstante su perfil psicótico, ejercía una influencia magnética e hipnótica entre sus seguidores. Asimismo, documenta las luchas intestinas de sus principales colaboradores y los militares del Tercer Reich que estuvieron al frente del régimen. (Editorial Océano, 2010, 704 páginas).

Destierro. Alejandro Sandoval Ávila pone en juego sus grandes dotes de narrador para ofrecer una de esas historias rocambolescas, donde todo parece suceder en la superficie de lo novelesco, que no es lo mismo que narrativo y, por encima de la historias de sus personajes, crea una historia de amor, pero también de trasfondo político, con eventos como el levantamiento zapatista, la corrupción y la indiferencia. (Editorial Norma, 2010, 208 páginas).

Mexicanidad y esquizofrenia. Los dos rostros del mexiJano. El escritor, periodista y doctor en ciencia política, Agustín Basave, ofrece este ensayo sobre quién es y cómo es el mexicano, de cómo lamentamos nuestra actitud personal y conducta colectiva frente al país, pero la mayoría de las veces nuestra postura es de indiferencia y conformismo. Por ello, afirma que somos buenos para exigir nuestros derechos, más no para cumplir nuestras obligaciones ciudadanas. (Editorial Océano, 2010, 176 páginas).

martes, 2 de noviembre de 2010

Movimiento Estudiantil de 1968

Gobierno de Expertos YA
Les invito a seguir este enlace y abrir un debate en
Gobierno de Expertos YA
sobre el Movimiento Estudiantil de 1968 y la represión de la que todo el PRI es responsable.

http://www.youtube.com/watch?v=FzpTA5E8r5Y&feature=player_embedded

Concurso de expresión "Insurrección Visual"

CONVOCATORIA PRIMER CONCURSO
DE “INSURRECCIÓN VISUAL”

OBJETIVO:

América festeja este año 2010 el bicentenario de su Independencia. México además celebra el centenario de su Revolución que, junto a sus Leyes de Reforma, lo hicieron diferente en su proceso de crecimiento ante sus hermanos, por lo que por mucho tiempo fue visto como el hermano mayor y como un ejemplo.

Ahora vive un cambio que parece trastocar los valores esenciales de la Patria. Este cambio golpea a todo el Continente y trae consecuencias indeseables del norte, de su corazón y allende el mar.

Usa la Palabra escrita como literatura o el lenguaje visual y plástico como expresión artística para denunciar y, sírvete también de la Palabra para revelar el cómo transformarías estos momentos para tener una Verdadera Patria. No olvides decirnos cuál es tu concepto de Patria, cuál o cuáles tus soluciones y cómo las realizarías.

BASES NARRATIVA:

Participarán todos los escritos en español (ningun otro idioma)

Temática: Cuál es tu concepto de patria, cuáles y cómo son tus soluciones.

Un trabajo por participante.

3 a 5 cuartillas con letra Times New Roman 14 pts, a doble espacio; firmados con pseudónimo y titulado el conjunto. En formato Word que no pueda alterarse.

BASES ARTE VISUAL:

Foto (pintura, escultura) blanco y negro o en color, formato JPG o TIFF, media carta imagen 300DPI.

Las fotos deberán llevar título y pseudónimo en lugar visible.

Deberá presentarse la pintura o escultura originales para recibir el premio.

Temática: Cuál es tu concepto de patria, cuáles y cómo son tus soluciones.

Un trabajo por participante.

BASES ARTE GRAFICA:

Imagen por animación MOV o AVI (máximo un minuto). Deberá llevar título y firma con pseudónimo.

Temática: Cuál es tu concepto de patria, cuáles y cómo son tus soluciones.

Un trabajo por participante.

NOTA: Para envío de plicas y pseudónimo es obligatorio sea en el mismo correo que porta el trabajo en archivos independientes.

Cualquiera de estas modalidades, según el criterio del jurado calificador, PUEDE DECLARARSE DESERTA, si los trabajos no cumplen con el objetivo expuesto.

La entrega de los premios en todas sus modalidades será en forma personal, en la fecha que se hará conocer por correo electrónico, en la Web blancaestelaroth.com y en faceboock, en el mes de marzo 2011.

Para artistas premiados que vivan en el extranjero, se llegará a un acuerdo para recibir el premio.

LA CONVOCATORIA CIERRA EL 10 DE DICIEMBRE DE 2010

PREMIOS:

En todos los casos DIPLOMA.

* Se otorgarán 3 premios a la obra escrita: $1000.00 (Mil pesos Moneda Nacional) y 3 ejemplares del libro editado.

* El primer premio de arte visual o gráfica, indistinta, será $1000.00 (Mil pesos Moneda Nacional), la foto se usará como portada del libro y 3 ejemplares editados.

* El segundo premio de arte visual o gráfica, será de $500.00 Quinientos pesos Moneda Nacional) y 3 ejemplares del libro editado. La foto de la obra estará en el cuerpo del libro*.

* El tercer premio de arte visual o gráfica, la foto, irá también en el cuerpo del libro y se le entregarán 3 ejemplares.

* En caso de las artes visuales o gráficas, deberá presentarse la obra original para recibir el premio.

* Único premio para arte audiovisual será de $500.00 (Quinientos pesos Moneda Nacional), 10 CD y 3 libros. Adicionalmente para su difusión se integrará un CD del trabajo premiado a cada libro que se entregue como premio.

* Con sus debidos créditos.}

CarteleraDF aportará:


TODOS LOS TRABAJOS QUE LO AMERITEN SERÁN PUBLICADOS EN ESTA CARTELERA

TODOS LOS GANADORES RECIBIRÁN UNA COPIA DEL AUDIOLIBRO MÉXICO EN SU MEMORIA con una duración de cuatro horas y valor comercial de 300 pesos (www.mexicoensumemoria,org)

Los premios de arte visual, plástico y gráfico están enriquecidos con la entrega al 1° y 2° lugar de una foto enmarcada ganadora del premio fotográfico en Brasil del fotógrafo mexicano Eric Marvaz. A ESTE RESPECTO, SI TÚ QUIERES INCREMENTAR LOS PREMIOS CON TU DONACIÓN, TENDRÁS LOS CRÉDITOS INVOLUCRADOS. Gracias.

Se organizarán mesas de debate en las que los autores expondrán sus trabajos ante el público y una mesa escogida. A estos debates tendrán derecho también los autores de los 10 trabajos que califiquen para esta opción, según criterio del Jurado que será secreto.

Los participantes ceden los derechos sobre los trabajos enviados y somos libres de usarlos según se presente el caso. El autor queda libre de usarlos también en lo que decida.

Con fecha 13 de septiembre de 2010 se abre la convocatoria que cierra el 10 de diciembre de 2010. Los premios se entregarán en “EL ESPACIO DE ROTH”, en el mes de marzo de 2011, y se avisará en la web blancaestelaroth.com, los miembros asociados y, en facebook.

Invita: Blanca Estela Roth, en EL USO DE LA PALABRA.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Cartelera UNAM primera semana Noviembre 2010

SiCultura UNAM

Del 1 al 5 de noviembre



PUBLICACIONES



El espacio escultórico




Presentación del libro El espacio escultórico.

Participan: Lily Kassner, Sealtiel Alatriste,

y Jorge Reynoso.





Miércoes 3 / 19 horas

Sala de conferencias del MUAC





EXPOSICIÓN


Francisco Díaz de León






La totalidad de su producción, así como obras de artistas contemporáneos, amigos, alumnos, y un importante conjunto de obra gráfica

del periodo virreinal

y del siglo XIX que coleccionó durante su vida.



Sala de exposiciones temporales

Martes a domingo de 10 a 18 horas



Más info...


DANZA


Encuentro de Danza Contemporánea México

Estados Unidos


Prima (Nueva York)

LeeSaar The Company

Dirección: Saar Harai y Lee Sher

Viernes 5 / 20, sábado 6 / 19

y domingo 7 / 18 horas

Sala Miguel Covarrubias



Más info...




PODCAST


Descarga Cultura.UNAM









Te invitamos a conocer y descargar la amplia oferta cultural, en formato sonoro,

que puedes escuchar en línea o descargar gratuitamente en Descarga Cultura.UNAM: literatura, conferencias, teatro, música y más.




www.descargacultura.unam.mx


CINE


Cinematógrafo

del Chopo

Dr. Enrique Gónzalez Martínez 10,

Santa María la Ribera



8º Festival Internacional

de Cine de Morelia



Quentin Tarantino presenta

Spaghetti Westeerns

de la Revolución

Viernes 5 / 17 horas



Programa de cortos ganadores, ficción y documental

Domingo 7 / 12 horas



Miércoles operas primas




Primeras producciones

Perros de reserva

Quentin Tarantino, EUA, 1992,

99 min. DVD

Miércoles 3 / 12, 17 y 19:30 horas



Jueves cine con causa



Películas con contenido social

Las 13 rosas

Emilio Martínez Lázaro, España, 2007, 100 min. DVD

Jueves 4 / 12 y 19:30 horas



Cine debate




Decidir es un derecho

Paulina, en el nombre de la ley

María del Carmen de Lara, México, 2000, 20 min. DVD

Paulina, cuatro años después

María del Carmen de Lara, México, 2004, 20 min. DVD

Jueves 4 / 17 horas



www.filmoteca.unam.mx


MÚSICA


Sala Nezahualcóyotl

Centro Cultural Universitario



30.° Aniversario de la Academia Yuriko Kuronuma, A.C.

Con la participación de alumnos

y maestros 1980-2010

Obras de G. Sumu, Händel,

H. Farmer, P. Martin, R. Glier, Bach, Bizet, M. Hayakawa, Kreisler, Paganini y Ponce

Viernes 5 / 19 horas



www.musica.unam.mx






50% estudiantes, maestros, UNAM, DIF, INAPAM, Prepa Sí, jubilados ISSSTE e IMSS




www.cultura.unam.mx



Secretaría de Comunicación de la Coordinación de Difusión Cultural / UNAM

Centro Cultural Universitario, Insurgentes Sur 3000, CU México DF

Tel: 5622 7009 / cultura@unam.mx

Una kathedra en un minuto

Código

¿Quiéres un anuncio como este aquí, escribe a ioninsurgentes@gmail.com

Entradas populares del mes

Cartelera DVD

Otros artículos que pueden gustarte

Búsquedas personalizadas

Búsqueda personalizada

Seguimiento de Ad Sense

Un libro indispensable

Un libro indispensable
que nos cuenta detalles de la guerra del PRI contra la sociedad civil

Entradas populares