Aunque la trama ocurre a principios del Siglo XX, la película da a entender perfectamente porque Estados Unidos tiene tanta carne de cañón para sus guerras.
Y es que los únicos que se sienten con derechos son los blancos, anglosajones y protestantes, los demás siempre serán aliens, - el nombre dado por ellos igualmente a extranjeros y extraterrestres- no tienen raíces, son el material perfecto para ser muertos cuando todavía son jóvenes, a cambio de soñar el sueño americano. Sólo soñarlo, porque al despertar estarán en Corea, Vietnam, Irak, Afganistán o en cualquier otro lugar con ríos de sangre y lluvia de metralla.
El título en español es poco afortunado, principalmente porque copia textual el de una película de Wajda. Por eso, si requiere buscar mayores datos le recomendamos emplear el título original en italiano Nuovomundo o el de la versión en inglés Golden Door. Tampoco hubiera estado mal si los exhibidores la titularan como La Tierra de la Gran Mentira.
Más allá de consideraciones políticas, esta cinta tiene extraodinarios valores estéticos y de recreación de época. Como indudablemente califica en la categoría de Cine de Arte, algunos espectadores acostumbrados al ritmo de las películas de acción podrán encontrarla un poco cansada, sobre todo si se desconcierta ante las escenas oníricas.
En verdad el paisaje campesino de Sicilia no parece vaticinar las escenas antológicas que se podrán ver a lo largo de la trama, los cuales incluirán árboles que producen monedas y ríos de leche... presumiblemente endulzados con miel.
En El Nuovomundo al que acuden los sicilianos, judíos, rusos y españoles de principios del Siglo XX, no hay cabida para las mujeres, no si son viejas o están dispuestas a vender su cuerpo y su futuro a cambio de su estatus migratorio.
No muy diferente a lo que ocurre a principios del Siglo XXI, cuando el seguro de ingreso al Continente depende para las jóvenes de su contratación en un "table dance" o una sala de masajes.
En la cartelera del Distrito Federal, Nuovomundo se estrenó en la Cineteca Nacional, simultáneamente con algunas salas comerciales. Tal vez no sea fácil encontrarla, pero si tiene la oportunidad no se la pierda, es una cinta para apreciarse en el cine y no en las deterioradas condiciones de un cineclub o en proyección en DVD, a menos que sea estrictamente indispensable.
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