viernes, 16 de abril de 2010

Nine, Una Vida de Pasión

En 1963 Federico Fellini bautizó como Guido Anselmi a su personaje central en 8 1/2; en 2009 el personaje se llama Guido Contini. Aquella vez fue interpretado por Marcello Mastroiani y en ésta por Daniel Day-Lewis, acompañado por algunas de las actrices más emblemáticas de la primera década del Siglo XXI.

Marion Cotillard (ganó el Oscar como mejor actriz por su interpretación de Edith Piaff en La vie en Rose, a pesar de que no era una película hablada en inglés como se acostumbra premiar en Hollywood) Judi Dench, (la jefa del servicio secreto en varias películas de James Bond y ganadora del Oscar en 1999 por su papel en Shakespeare in Love) Penélope Cruz (ganadora del Oscar por su papel en Vicky, Cristina, Barcelona) Sophia Loren (icono del cine que no necesita mayores referencias, pero que también ganó un Oscar en 1960 por la cinta La Ciociara) y Nicole Kidman (Oscar en 2003 por la película The Hours donde interpretó a la escritora Virginia Woolf)

El propio Day Lewis, había ganado antes dos óscares por las películas Petróleo Sangriento y Mi Pie Izquierdo.

Estos antecedentes para puntualizar que Nine no sólo es una película sobre cine que hace homenaje a Federico Fellini, uno de los más destacados directores de la historia, sino a la creatividad, la complejidad y todo lo que hay detrás de la industria del Séptimo Arte.


Para dar a los lectores elementos de decisión para ver o no esta película, nos parece relevante comentar que en 2002, la publicación francesa Positif, eligió 8 1/2 como la tercer mejor película de la segunda mitad del Siglo XX. La obra fue adaptada al teatro como Nine y ganó el premio Tony al mejor espectáculo musical del 2003.

Así que Nine, Una Vida de Pasión es una adaptación del musical, adaptado a su vez de la película de Fellini.

Permítanos el lector, con el pretexto de que un blog tiene como idea original la de ser un diario que expresa sentimientos personales, contarle la siguiente anécdota.

En la década de los ochenta un amigo cinéfilo me comentó que vio la película de Fellini y no la entendió, por lo que decidió verla una segunda vez y se quedó con la misma impresión.

Tal vez sugestionado por esta apreciación cuando yo la vi, ya considerándome cinéfilo, tampoco la entendí a los veintitantos años. Sin embargo esta adaptación de la adaptación me conmovió como no lo había hecho nada en mucho tiempo.

Y es que a los cincuenta años, como le sucede al personaje de ficción, seguramente muchos hemos vivido la sensación de no ser lo que la gente ve de nosotros. De los escritores se habla mucho de la angustia de la página en blanco. En este caso es un director de cine del que se espera mucho, al que precede una buena fama, que no tiene idea de como hacer su nueva película

Tampoco sabe que hacer ni con la esposa que ama, ni con la amante que le plantea un conflicto entre la pasión y la razón, ni con la musa a la que es incapaz de darle un guión acorde a su belleza y su talento. Una crisis existencial que lo lleva a refugiarse en el recuerdo de su educación religiosa y de su madre, que en una fantasía le recuerda que nadie puede resolver los problemas sino uno mismo.

(¿Pero como así? Le dice una voz en off al director Federico Fellini en una de sus películas, reclamandole un final abrupto. Al menos un rayo de luz, un poco de esperanza. Y como en el cine cualquier fantasía es posible, en un estudio totalmente oscuro de repente vemos un filo de luz que proviene de una puerta, apenas abierta para dejar pasar un poco de luminosidad)


Cuando Fellini emprendió el proyecto de 8 1/12 ya había dirigido ocho películas completas y el segmento de otra llamada Bocaccio 70 . Eso le da explicación a ese inusual título con números y no con palabras.

Al intentar contar su propia experiencia, hizo de Ocho y Medio una película de culto, pero no la más popular de su carrera.

El final de Nine, tan solo por las actrices que aparecen en escena y por las personas que se suben a la silla del director, es una oda a la esperanza... pero al fin y al cabo es solo una película y si es o no un final feliz, entra en el criterio del espectador y en la libertad de la ficción.

Pero en la vida real, después de esta crisis de identidad de Fellini, vinieron 15 películas más entre las que se encuentran obras de antología como Ensayo de Orquesta, Y la Nave Va, Julieta de los Espíritus, Ginger y Fred y La Entrevista.

Que quiere decirnos Ramsés Ancira o que quiere decirse a si mismo con esta crítica-ensayo de Nine. Me parece que el mensaje intenta ser que por más confusa que parezca una situación y por larga que parezca una crisis, tanto en el cine como en la vida real, continuar trabajando, al final siempre da frutos. Sólo la inmovilidad conduce a la nada.

Si tiene usted la edad o la madurez o la cinefilia incurable, seguramente le gustará Nine; si no la ha visto y ha llegado hasta el final de este largo ensayo, seguramente le interesará descubrirla con sus propios ojos; y finalmente si le gusta o no en su conjunto, seguramente algo le quedará de inolvidable, la increible belleza de Sophia Loren, en una edad a la que a simple vista muchas mujeres proyectan a una anciana; los ojos de Nicole Kidman, la atracción sensual de Penélope Cruz, las canciones y coreografía , o el libreto de Michael Tolkin y Anthony Mingella (El Paciente Inglés, Cold Mountain, El Talentoso Sr Ripley) películas que también estuvieron nominadas al Oscar y otros premios.

Lo que es seguro es que le guste o no en su conjunto, Nine no será una cinta que le deje indiferente.

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