sábado, 5 de julio de 2014

Guzmán Y Vázquez multiplican demanda de sillas de ruedas

Enrique Guzmán y Alberto Vázquez , juntos de nuevo



 

 
  • Los artistas compartieron escenario, pero no melodías
  • Las estrellas de la época del Rock And Roll en México abarrotan el Auditorio Nacional
CIUDAD DE MÉXICO (05/JUL/2014).- El público que abarrotó el Auditorio Nacional el pasado jueves lo esperaba, lo ansiaba, lo necesitaba, pero la idea no se materializó. Enrique Guzmán y Alberto Vázquez compartieron escenario, pero no melodías.

El espectáculo ofrecido por las dos figuras más representativas de la época del Rock And Roll en México fue tomando forma cuando miles de cabecitas blancas, teñidas y calvas, alcanzaron las puertas principales del Coloso de Reforma.

La demanda por el servicio de silla de ruedas para ingresar al interior del recinto no se hizo esperar. “En otros conciertos nos solicitan por mucho de 2 a 5, hoy, ya rebasamos las 40”, nos confiesa Édgar Cruz, supervisor de esta área de préstamo.

A las 8:36 de la noche en punto las manos con nudillos pronunciados de Enrique Guzmán se dividieron el trabajo; la izquierda, tomó firmemente el micrófono; la derecha, manoteaba el aire a ritmo de “Tu cabeza en mi hombro”, canción que dio inicio a una velada llena de nostalgia. “Echamos un volado y perdí yo”, expresó el intérprete venezolano en clara referencia del por qué abría el concierto.

Le sucedieron “Mi corazón canta así”, “Yo te seguiré”, “Con y por amor”, “Agujetas de color de rosa”, que bailó a go go, “Secretamente”, “Gotas de lluvia”, “100 kilos de barro”, “Pensaba en ti”, entre otras cerrando su participación con “Payasito”. “Nos vemos dentro de un mes aquí mismo, porque voy a venir a aplaudirle a Alejandra”, y salió del escenario.

Llegó el turno de quien le ganó el volado a Enrique, y un hombre maduro, recio y bronceado, empezó a dibujarse sentado sobre un banco que, sin cigarro en mano como era su costumbre, abrió con la melodía “16 toneladas”.

La segunda canción fue interrumpida por un “Danny, Danny espera, no me das tiempo de respirar”, e hizo una pausa para abundar: “La vida te cobra lo que haces, y como ustedes saben fui un gran fumador, fregado no estoy, que me falte el aire es otra cosa”.

Entre canciones más y canciones menos, a Alberto le costaba recuperar el aire, y llegó el momento que nadie esperaba: “Yo soy una persona que no le gusta ocultar las cosas, ¿Me dejan traer mi airesito?”.

Apagaron las luces, las pantallas gigantes, y dos sombras se acercaron detrás del cantante para colocarle una manguera en su nariz que le suministraba oxígeno. “Ahora sí, van a ver”.

“Para decir adiós”, “Tus ojos”, “Tu significas todo para mí”, “Olvida”, “Hoy corté una flor”, “Lanza tus penas al viento”, y más, fueron interpretadas con dificultades leves pero visibles.

Así, con manguerita a la nariz y sin perder el poderío masculino, Alberto Vázquez se enfiló al cierre de su actuación con “Al modo mío” y “El pecador”, para luego perderse entre la penumbra de donde nunca salió a pesar de los ocho minutos en el que un público requería de nuevo su presencia. Minutos después, más de 40 sillas de ruedas fueron solicitadas nuevamente.

Una kathedra en un minuto

Código

¿Quiéres un anuncio como este aquí, escribe a ioninsurgentes@gmail.com

Entradas populares del mes

Cartelera DVD

Otros artículos que pueden gustarte

Búsquedas personalizadas

Búsqueda personalizada

Seguimiento de Ad Sense

Un libro indispensable

Un libro indispensable
que nos cuenta detalles de la guerra del PRI contra la sociedad civil

Entradas populares