Una idea compartida por muchos de los espectadores de la generación de la zaga Harry Potter, es que Krabat es la versión obscura de la escuela de hechicería. Aquí los alumnos, a diferencia de los de Howarth, no disfrutan de los privilegios de una escuela con vacaciones e instalaciones deportivas, por el contrario son esclavos con el dudoso privilegio de aprender la magia negra, aunque curiosamente no lo usan para el mal, sino para defender a las aldeanas de soldados despóticos.
Si bien la novela del autor checo Otffried Preusler es considerada un clásico infantil, la película de Marco Kreuzpaintner, está más bien dirigida a los adolescentes, el principal público de cine de la primera década del Siglo XXI.
La trama esta situada hacia 1648, al final de la guerra de los treinta años. conflicto europeo que aunque no alcanzó la característica de guerra mundial si involucró a las principales potencias del viejo continente.
El conflicto provocó hambrunas y pestes, en Holanda, Italia, pero sobre todo en lo que hoy forma parte del territorio de Alemania, donde la población masculina se redujo hasta en un 50 por ciento. Este es el marco en el que se desarrolla la historia que llevará como personajes protagonistas a Krabat, Tonda y Juro, tres de los 12 discípulos.
Krabat, el personaje central de la historia, está representado por David Kross, a quien el público de nuestro continente pudo haber conocido antes por su papel como el joven Michael Berg, el amante adolescente de Hannah Shimitz (Kate Winslet) en The Reader.
Vale la pena destacar que Krabat sea una película para adolescentes que no proviene de Estados Unidos, como la mayoría de las cintas del género, sino de Alemania, lo que permite conocer una forma distinta de contar la historia, menos esquemática, con otro ritmo, sin duda menos frenético. El estilo beneficia al espectador porque la historia es menos previsible
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