Diario de un Reportero
Ramsés Ancira
¿Qué tienen en común las
estaciones Mixcoac y Zapata de las líneas 12, 7 y 3 del metro? Son estaciones de transbordo, con
amplia afluencia de gente. ¿Y qué tienen
en común las estaciones Coyoacán y Aquiles Serdán? estas no son estaciones de
transbordo, pero también son de alta afluencia. En todas se han producido
secuestros e intentos de secuestro de mujeres. Lo bueno: están poniendo
agencias del Ministerio Público móviles para atender estos casos, lo pésimo es
que esto es igual a tapar pozos después de niños ahogados.
El hecho de que los secuestros e
intentos de secuestro se den en estaciones de alta afluencia, parecen más
relacionados con un intento de escándalo, o mejor dicho de terrorismo, que de
delito común.
Una gobernadora es políticamente más
vulnerable en hechos de feminicidio o secuestro de mujeres. Si la simpatía que
refleja la popularidad de López Obrador lo hace por ahora invulnerable, hay que buscar los puntos
débiles; en su momento fue Marcelo Ebrard con las noticias amañadas de la línea
12 del metro; ahora el blanco es la jefa de gobierno de la Ciudad más grande de
México.
Hace unos días cuando escribí
acerca de la línea 9 del metro y de los tocamientos sexuales que ahí se han
documentado, no pude evitar un sentimiento de pudor porque en realidad estos
hechos existen; pero también me consta que se han convertido en una forma de
extorsión, que no es nueva, de mujeres que acusan falsamente a personas
amenazándolas con conducirlas al ministerio público, lo que casi nunca ocurre
pues los extorsionan en el camino “otorgando el perdón” a cambio de dinero.
Es loable y sorprendente que
varias de las víctimas mencionadas al principio, en las estaciones del metro, hayan logrado escapar cuando ya estaban
sometidas dentro de camionetas tipo Van. Si así lo hicieron, felicidades, pero
también cabe la posibilidad de que les hayan permitido saltar de las camionetas,
y si fuera así, al menos en un caso, habría de confirmarse que no se trata sólo
de intentos de secuestro y violación sino de un modo de terrorismo directamente
contra la jefa de gobierno e indirectamente contra López Obrador.
Cierto es que según datos del
Semáforo Delictivo en el último año de Mancera las violaciones subieron en 118
por ciento, pero el fenómeno se volvió aún más visible con Sheinbaum y esto se
politizó para bien, porque obliga a poner mayor atención.
Mapa elaborado por las victimas de secuestros e intentos de secuestro
Por eso más que las agencias
móviles del ministerio público para denunciar lo que ya fue inevitable, es
indispensable usar al cien por ciento de las cámaras de vigilancia. Usar todos
los mecanismos preventivos al alcance.
Hace pocos días se transmitió una
telenovela turca por canal 3. En casi todos los capítulos se hablaba de las cámaras de televisión que
se encontraban en las calles; de cómo los criminales, principalmente los que
trabajaban en combinación con la policía, sabían la ubicación y como los agentes
detectaban las placas de vehículos involucrados en ilícitos. ¿Por qué esto no ocurre
en México, principalmente alrededor de las estaciones del metro donde ocurren los
delitos?
De acuerdo a datos del Banco
Mundial el número de homicidios en Turquía, país puente entre Europa y Asía, la
criminalidad por cada 100 mil habitantes se ha mantenido estable desde 2012 con
un promedio de 14 mil homicidios, lo que se puede atribuir en parte a las
cámaras de seguridad y particularmente en la capital, Ankara. En cambio
en México el número de homicidios dolosos supera los 16 mil por cada 100 mil habitantes.
Sin embargo parte de la
ineficacia de las cámaras instaladas en la administración de Miguel Ángel
Mancera se debe a que se colocaron menos de las necesarias, por los precios
insólitamente altos.
Precios de Mancera, precios de mercado
Lo imprescindible no son las
agencias móviles del Ministerio Público,
en eso se equivoca Claudia Sheinbaum. No queremos denunciar delitos contra
mujeres, queremos que nunca se cometan y una fórmula para ello son buenas y más
cámaras se seguridad.
La denuncia de los secuestros no
se dio a través de los mecanismos de seguridad ciudadana, sino a través de la
red social Facebook y fue hasta después cuando se dio la invitación a las
personas afectadas para que pusieran las denuncias correspondientes.
Casi literalmente nos fuimos de
espaldas cuando comparamos los precios que le ofrecieron a Miguel Ángel Mancera
por la colocación de cámaras de vigilancia cuando fue jefe de gobierno del
Distrito Federal. Son fascinantemente terroríficos y aquí algunos ejemplos:
Para este ejercicio tomamos como
base la petición de cotización mediante oficio
C5/DGA/DREMSG/SRM/JUDA/SC/102/2017 de fecha 25 de octubre de 2017 para la
rehabilitación y actualización tecnológica de Mil 500 sistemas de Video
vigilancia. Esto es, las cámaras colocadas en vía pública y las bocinas donde
se anuncia la alerta sísmica.
En el presupuesto que integra un
total de 32 conceptos, los cuales van
desde el propio proyecto ejecutivo hasta la capacitación de personal, se suma
un costo de casi 400 millones de pesos antes del IVA. En varios de los rubros
los precios exceden los que tendría que pagar cualquier particular por compras
al menudeo.
¿Por qué pagar un proyecto de
ejecución del proyecto si ya con la ganancia de las ventas se sufraga solo el
estudio?
Así por ejemplo por la
instalación de un sistema de clima para aire acondicionado marca Liebert con
capacidad de una tonelada, sensor de humo
y motor de transmisión directa de dos velocidades, cotizaron 2 millones
497 mil pesos. En Mercado Libre encontramos un equipo usado, pero similar por
el 5 por ciento de ese precio.
Al entonces GDF le cotizaron un escritorio con acabado de melanina
de 1.52 m de frente por 1.05 m de altura
en 63 mil 735 pesos cada uno. Como la compra fue 34 piezas el precio total
superó los 2 millones 167 mil pesos. Aquí es evidente que por ese precio se
puede obtener un escritorio incluso de caoba o de otras maderas preciosas.
Cada una de 14 sillas
ergonómicas con respaldo de malla
fue cotizada en poco más de 4 mil pesos. El precio promedio en línea de
este tipo de muebles, al menudeo, no
excede de dos mil pesos
Un monitor led de la marca HP, de 27 pulgadas se cotiza en menos
de 7 mil pesos en internet. En el presupuesto de Comunicación Segura para el
gobierno de la Ciudad de México, cada uno de 102 aparatos, supera los 20 mil
pesos, y aunque incluya los costos de instalación no hay forma de justificar un
sobreprecio de casi el triple. Hay que tomar en cuenta que no se trata de
equipo a colocar en un poste a 40 metros de altura, sino en un centro de
monitoreo, al que se puede acceder en elevador.
En otro ejemplo, por el suministro y colocación de un switch
marca Cisco, modelo 2960, la empresa Comunicación Segura lo cotizó al gobierno
de la Ciudad de México en 143 mil 936 pesos, más 18 mil pesos por programarlo.
En total para ponerlo en funcionamiento serían casi 151 mil pesos por cada uno,
para esta investigación localizamos el mismo aparato en menos de 64 mil pesos
En la compra de más de 3 equipos el precio baja a 23 mil
pesos, como se puede ver en este enlace. Por seis aparatos, recordamos, el
GDF paga más de 143 mil por cada uno.
Finalmente el procesador HP Proliant BC 460 generación 9, lo
localizamos en Amazon a un precio de 7 mil dólares, unos 126 mil pesos
mexicanos. Lo puede verificar aquí. Sin embargo en la cotización de
Comunicación Segura, el suministro e instalación de cada una de las 10 piezas
aparece en 941 mil 505 pesos con 47 centavos. Si la diferencia de 800 mil pesos
es solo por instalarlo, es evidente que algo estaba saliendo mal.
¿Y qué tal una guardia ciudadana?
Una guardia nacional integrada
por marinos, soldados y policías militares seguramente le daría a la Ciudad de
México el aspecto poco agradable de una ciudad en guerra. Por los altos niveles
de feminicidios sin duda lo estamos; pero esto no se tiene que visibilizar
necesariamente.
Pero ¿Qué pasaría si aparte de
los jóvenes a los que se pretende capacitar con empleos se les empleara en una
guardia civil específicamente para
atacar el problema del feminicidio?
Qué tal si en los puntos
considerados como rojos se comisionara a mujeres con radios ocultos que
sirvieran como señuelos contra estos secuestradores. Ya podemos predecir qué
ocurriría un efecto cucaracha, que los delincuentes se dispersarán por las más
de 100 estaciones de metro en activo. Pero por algo hay que empezar.
Cada vez podemos ver más en
hospitales, estaciones de metro y otros lugares, carteles de jóvenes desaparecidas. Lo mismo ocurre en las
facultades de la UNAM. No basta con estos volantes en la calle. Debe haber una
página en Internet donde se actualicen permanentemente las imágenes de las
personas desaparecidas, clasificadas por sexo y edad, dando preferencia a las
mujeres.
Nadie duda que haya casos en que
estas chicas suelen desaparecer por propia voluntad, acosadas por problemas
familiares o incluso sentimentales. Pero eso es lo de menos. Hay que darles el
beneficio de la duda y si no se comunican con sus familiares aplicar los
protocolos de inmediato.
¿Qué más quisiéramos que creer al
pie de la letra las palabras de López Obrador de un pueblo bueno? El problema
es que ese uno por ciento o 0.5 por ciento de criminales enferman al otro 99 por
ciento y pueden causarle males irremediables a la sociedad.
Por lo pronto el problema de los
secuestros e intentos de secuestros de mujeres, más que un problema de
seguridad se está convirtiendo en un problema de terrorismo, muy probablemente
con tintes políticos y en el que muy probablemente participan ex policías o
desempleados o guardias de seguridad de antiguos partidos. No estamos hablando
por hablar, recuérdese a los escoltas del ex procurador Javier Coello Trejo,
implicados en varios secuestros, incluso cuando las mujeres estaban acompañadas
de sus parejas. ¡Hay que detenerlos ya!
El tamaño del miedo
Terminamos este artículo con una
anécdota comentada por una fuente confiable. Ocurrió hace cuatro meses, antes
de la toma de posesión de Claudia Sheinbaum. Cuatro jóvenes amigas caminaban
por las cercanías del metro Zócalo cuando un grupo de vendedores las distrajo
con la venta de una mercancía.
En esto fueron forcejeadas por un
grupo de sujetos que intentaron subirlas a una camioneta. Dos escaparon, dos no
lo lograron. Después estas dos fueron liberadas, una de ellas murió a
consecuencia de las heridas, la otra se suicidó por la humillación y vejaciones
que sufrió. Aparentemente estas jóvenes profesaban la religión cristiana lo que
hizo más grave su sentimiento de culpa.
Y a riesgo de extendernos más
allá de lo habitual. Un padre de familia esperaba a sus hijos fuera de un
antro, cuando se le acercó un sujeto moreno que lo confundió con el chofer de
un uber y sin más le confió que cuando viera muchachas drogadas o
alcoholizadas, le avisara para subirlas a una camioneta y que por cada una le
pagaría 500 pesos. Cuando el padre de familia le confeso que no era chofer de
ninguna compañía de taxis y que esperaba a sus hijas, el sujeto se alejó
corriendo.
Este es el tamaño del problema de
los secuestros y feminicidios en plena capital de la República. Hay que
atacarlo y no con ministerios públicos, sino con trabajo de inteligencia. Sabemos
que inteligencia es lo que le sobra a Sheinbaum y López Obrador. Ojalá que la
demuestren en el caso de rapto de mujeres.