Dedicado con afecto a Jorge Carlos Dìaz Cuervo, quien desde la socialdemocracìa, intentò salvar nuestra polìtica mexicana de polìticos que completamente impunes hacen lo que se le da la gana.
Continuamos con la crónica de la Muestra Internacional de Cine 2009, con películas ciertamente menos densas que Parque Vía y Los Limites del Control, reseñadas en la ocasión anterior, para tratar ahora de una película preciosista de origen italiano, Il Divo; de dos superproducciones de recreación histórica John Rabe (Sonata por un hombre bueno) y Bienvenido a Woodstock; y un drama intimista sobre la multiculturalidad: A la orilla del Río.
Con el permiso de los lectores, vamos a seguir la reseña en el orden en que vimos las películas, semejante al de las proyecciones en la Muestra.
En la justicia italiana es legendario el juez Falcone, ejecutado por la mafia y quien había dicho que no existe crimen organizado sin la coparticipación del Estado.
Il Divo empieza por narrarnos una serie de crímenes que inicia con el del dirigente demócrata cristiano Aldo Moro, ajusticiado por el grupo guerrillero Brigadas Rojas, y termina precisamente con el del juez Falcone. En esta lista de más de una docena de asesinatos no se menciona el del papa Juan Pablo I, aunque también existe evidencia de que estuvo relacionado con la logia masónica P2, de la que formaría parte el político italiano Giulio Andreotti, el divo al que alude el titulo de la película.
Así, en lo que se refiere a Juan Pablo I, no se atrevieron a contar lo que es màs que sugerido en la tercera parte de El Padrino de Francis Ford Coppola
Así, en lo que se refiere a Juan Pablo I, no se atrevieron a contar lo que es màs que sugerido en la tercera parte de El Padrino de Francis Ford Coppola
Parecería haber semejanzas entre Andreotti y el expresidente de México Gustavo Díaz Ordaz, no solo en su aspecto físico poco agraciado, sino en la concepción de que son mejores los asesinatos, que la modificación del Estado que ellos concebían como correcto.
Cuenta Felipe "Tibio" Muñoz en el audiolibro México en su Memoria que al espetarle a Dìaz Ordaz la frase "¿que gacho lo de Tlatelolco, no?" el entonces presidente le respondió: Algún día emprenderás que es mejor que se desborde el vaso y no que se reviente.
En la visión del director Paolo Sorentino, aunque no se pudo comprobar el nexo de Andreotti con la mafia o el crimen organizado, este habría sido un hombre tan astuto como sexualmente reprimido, quien no habría tenido mayores objeciones de conciencia en eliminar a sus rivales políticos, con tal de que posiciones progresistas no ganaran terreno.
Como en el viejo Imperio Romano, en la Italia de Andreotti se eliminaba a los posibles enemigos de una cúpula, solo que esta vez no se limitaban a emperadores y cónsules, también mataban a periodistas y magistrados.
Además de la historia por sí misma, los espectadores encontrarán en la fotografía de Luca Bigozzi, en los efectos visuales creados por un equipo de 18 artistas, en la decoración de los escenarios, de Alessandra Mura y en la actuación de Toni Servillo, razones más que suficientes para que esta película resulte imperdible para los cinéfilos.
En Bienvenido a Woodstock (Taking Woodstock) el taiwanés Ang Lee, quien lo mismo ha dirigido pelìculas de artes marciales, que adaptado al cine la historieta Hulk o revolucionado el Western con la película de vaqueros Brokeback Mountain filma un argumento inspirado en un libro autobiográfico de Elliot Teichberg.
Bienvenido a Woodstock es una película que, estrenada en la Muestra, es también objeto de amplia difusión comercial, por lo que no nos extendemos demasiado en su reseña.
En cambio London River, A la Orilla del Río, una de las películas aplaudidas al término de sus proyecciónes en la Sexagésima Primera Muestra Internacional de Cine, está restringida a un público más selecto. Sin duda esta es una de las obras más modestas, pero también más sensibles para los espectadores de este banquete cinematográfico.
Uno de los méritos del director Rachid Bouchareb, es haberse permitido improvisaciones en esta historia que gira en torno a la búsqueda de dos jóvenes desaparecidos a raìz de los atentados cometidos por extremistas en Londres, como represalia por la alianza genocida de Tony Blair con el presidente George Bush.
Estas improvisaciones, permiten a su vez a los espectadores ir descubriendo una historia que al no estar totalmente preconcebida, se hace menos previsible y por lo tanto más interesante.
Estas improvisaciones, permiten a su vez a los espectadores ir descubriendo una historia que al no estar totalmente preconcebida, se hace menos previsible y por lo tanto más interesante.
A la orilla del Támesis se cuzan las vidas de una inglesa y un africano, protestante ella, musulmán él, quienes tienen en común el dominio del francés y la incertidumbre por el paradero de sus hijos.
La anécdota basada en hechos reales da para multiples reflexiones sobre el racismo, la multiculturalidad, el amor filial, la soledad y temas colaterales, que el director aborda con ternura y sensiblidad. Es pues una película que da para comentar a sus espectadores después de la función.
Para la tribia: Bouchareb también es productor de otra de las pelìculas de esta Muestra, Hadewijch.
Para la tribia: Bouchareb también es productor de otra de las pelìculas de esta Muestra, Hadewijch.
Cerramos esta crónica con una superproducción que da cuenta de una más de las pelìculas que aborda el tema nazi, y que sin embargo ofrece una perspectiva original: la del director en China de la empresa Siemens, durante la guerra con Japón: John Rabe.
Se trata de una coproducción francoalemana y china, en la que no se escatiman recursos para narrrar en alemán, inglés, chino y japonés los horrores de un genocidio y la grandeza y miseria humana surgidas en medio de las peores atrocidades.
John Rabe, está bastante emparentada con la Lista de Shindler. Aunque este aleman dificilmente podrá alcanzar la fama de ese otro que inspirò la pelìcula de Spielberg, su mérito no es menor ya que ayudò a salvaguardar la vida de no menos de 200 mil personas.
A la orilla del Río y John Rabe, tienen en común el discurso sobre lo peligroso de las generalizaciones y hay un diálogo que lo ejemplifica muy bien, cuando un médico interpretado por Steve Buscemi pone en duda la calidad humana de Rabe por su pertenencia al Partido Nazi, una mujer le cuestiona si por ser miembro de la Iglesia está de acuerdo con la quema de brujas.
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