lunes, 2 de abril de 2007

Copying Beethoven ó Beethoven, Monstruo Inmortal


Beethoven y Anna Holtz, dos almas musicalmente afines, son los personajes de esta película de la directora polaca Agnieszka Holland

Lo primero es reconocer la verdad histórica: Beethoven ya estaba completamente sordo en 1817, de tal manera que en 1824, durante la composición de su Novena Sinfonía ya no podía escuchar, ni cuando le hablaban alto ni utilizando un cuerno para amplificar los sonidos.

Esto no obsta para que una vez identificada la fábula, donde el personaje central es la música, y no Beethoven ni la copista Ana Holtz, disfrutemos de alguno de los pasajes más emotivos en la historia del cine musical: la interpretación de fragmentos de la Sinfonía Coral en un teatro iluminado con el fuego alimentado por cera, tal y como lo hacían en la Viena del Siglo XIX, o en la Hungría del Siglo XXI, cuyos paisajes fueron prestados para la escenificación de esta cinta.

Si nos concentramos en todas las licencias que tuvo que tomarse la cineasta polaca Agnieszka Holand su obra no puede alcanzar la excelencia o el 10 de calificación, pero basta el segmento donde Ed Harris, interpretando a Beethoven le está copiando los movimientos a la hermosísima Diane Kruger (Anna Holtz) para que la película Copiando a Beethoven sea de visión obligada.


A ver a ver ¿como que Beethoven está copiando? podrá pensar un lector atento. Así es, uno de los méritos del título original es precisamente ese. Que se refiere tanto a la dama contratada para copiar la partitura de la Novena Sinfonía (lo que de paso nos permite entender un poco mejor el proceso de creación de la música) como al hecho de que el propio genio de Bonn tiene que copiar los movimientos de su asistente para ver los ritmos que ya no puede oir.

El título en español es desafortunado, aunque mucho mejor que otros, pues si la sordera pudo hacer parecer a Beethoven un monstruo amargado, su celestial trabajo sí lo ha hecho inmortal.

Este drama histórico y musical, también le debe mucho a la dirección de una mujer, Agnieszka Holland, que en la parte romántica introduce uno de los mas antiguos dilemas femeninos, la elección entre la juventud y la belleza física o el talento excepcional.

Copiando a Beethoven o Beethoven Copiando ( que ambas traducciones parecen válidas en distintas partes del argumento) tiene dos subtramas enriquecedoras: La primeram sobre la elección de la mujer entre la realización personal y la vida privad y la segunda, la humanización del artista que además de componer se da tiempo para jugar a las vencidas, emborracharse con la plebe y dejarse manipular por un sobrino sustituto de los afectos del hijo que nunca existió.
El melómano encontrará entonces que solo un ser con relación con lo divino pudo haber compuesto una obra como la Novena Sinfonía, pero tampoco podrá dejar de reconocer a un genio en la Grosse Fuge, escrita en 1826 y que a momentos da la impresión de un Ragtime negro estadounidense escrito siglo y medio después.
Como toda obra culta, la vigencia de Beethoven, Monstruo Inmortal puede no ser muy larga en la cartelera cinematográfica y no verla en cine, con sonido digital o dolby la hará demeritar mucho en DVD.
Por esta razón es recomendable no esperar mucho tiempo. Otra recomendación no patrocinada; pero importante para los melómanos que deseen reproducir toda la música clásica por una cuota de 25 dólares al año es visitar está página http://www.classicalarchives.com/beethoven.html.
El editor de carteleradf, espera como siempre que esta recomendación le sea de provecho para el mejor empleo de su tiempo libre.




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