miércoles, 29 de junio de 2011

Sobre la impunIdad solapada de los asesinos de Chinedu

Primero dijeron que el ciudadano de orígen nigeriano Isaac Chinedu murió por atropellamiento y que nada tenían que ver los golpes de la policía


Luego de que las cámaras de seguridad dejaron ver la golpíza sin lugar a dudas, capturaron a dos policías y dejaron libres a otros dos, alegando que se habían evadido.

Cuando se reclamó que los policías auxiliares estaban siendo protegidos por Manuel Mondragón y Kalb, secretario de Seguridad Pública, misteriosamente aparecieron; pero con 2500 pesos quedaron en libertad, porque el asesinato de un negro, según la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal y un juez, no es delito grave.

Ah, claro, se nos olvidaba decir que no los consignaron por asesinato, como correspondía. Es elocuente la imagen donde los policías lo azotan contra el piso y le dan uno más de los golpes que lo dejaron en estado de tal conmoción, que luego fue fácil atropellarlo y rematarlo.

La viuda, valiente, asegura que no cesará su huelga de hambre. Es lamentable porque ya no sirve mucho que esté ante el poder ejecutivo del Distrito Federal, cuando la liberación bajo fianza corrió a cargo del poder judicial.

La pelota está en la cancha del diputado David Razú, presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa, y quien hoy votó porque el feminicidio sea considerado como un delito aparte, porque para el PRD es lo políticamente correcto, pero el crimen de odio de un negro si se puede pagar con 2,500.

Razú sin embargo es perredista, como el gobierno que les paga a los ministerios públicos por consignar por abuso de autoridad, cuando debieron hacerlo por homicidio calificado con premeditación, alevosía, ventaja y odio racial.


Le pedimos cita, pero la encargada de su agenda seguramente está muy ocupada con su pasatiempo favorito desde que trabajaba para Jorge Carlos Díaz Cuervo: ordeñar los sobres de la nómina para destinarlo a pagar aviadores. La Dulce vida. Ella lo entiende, es la misma que pidió las firmas de los precandidatos del PSD para justificar dinero del IEDF que nunca vieron, pero que llevaron a Razú a ser el único diputado electo por el extinto partido.


La lucha sigue.
Ramsés Ancira

                                                                                                                                      Izquierda Verde DF





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