El reciente asesinato de un investigador policíaco de la Procuraduría General de la República especializado en el comercio de mujeres extranjeras dedicadas a la prostitución, pone de relevancia que las cosas que se cuentan en historietas no son un cuento. Al menos no lo son en la adaptación para la televisión de El Pantera, muy probablemente la mejor de las series en la nueva programación de Canal 5.
La historieta original, ideada por Daniel Muñóz, a quien no se le da el crédito merecido, se editaba en colores sepia en las últimas décadas del siglo XX. En su versión para televisión predomina el blanco y negro aunque con algunas pinceladas de color, sobre todo para retratar a personajes femeninos, lo que permite una muy adecuada reinterpretación del film noir, con sus antihéroes e investigadores solitarios.
En el impreso lograron crear personajes que rompían con el mito de los buenos bonitos y los malos feos. En la serie de televisión también se aprecia este mérito con villanos que son profesionistas y héroes poco agraciados, aunque ni “La Gorda con Chile” es tan feo ni tan gordo, ni El Pantera tiene la edad del personaje de papel.
Otro de los grandes aciertos es que incluso el Centro Histórico de la Ciudad de México funciona como personaje creíble. No es descabellado que El Pantera persiga y alcance en bicicleta al judicial que huye desde la esquina de Allende y Donceles hasta ser bloqueado en una manzana cercana al Palacio de Bellas Artes.
La historieta original, ideada por Daniel Muñóz, a quien no se le da el crédito merecido, se editaba en colores sepia en las últimas décadas del siglo XX. En su versión para televisión predomina el blanco y negro aunque con algunas pinceladas de color, sobre todo para retratar a personajes femeninos, lo que permite una muy adecuada reinterpretación del film noir, con sus antihéroes e investigadores solitarios.
En el impreso lograron crear personajes que rompían con el mito de los buenos bonitos y los malos feos. En la serie de televisión también se aprecia este mérito con villanos que son profesionistas y héroes poco agraciados, aunque ni “La Gorda con Chile” es tan feo ni tan gordo, ni El Pantera tiene la edad del personaje de papel.
Otro de los grandes aciertos es que incluso el Centro Histórico de la Ciudad de México funciona como personaje creíble. No es descabellado que El Pantera persiga y alcance en bicicleta al judicial que huye desde la esquina de Allende y Donceles hasta ser bloqueado en una manzana cercana al Palacio de Bellas Artes.
Las pantallas en el salón de monitores del jefe policíaco, interpretado convincentemente por Ignacio López Tarso, tienen que ver mucho con los verdaderos enfoques de la ciudad que pueden apreciarse en la Secretaría de Protección y Vialidad, aunque dudamos que el auténtico jefe de policía, Joel Ortega, se valga con tanta eficacia de los recursos tecnológicos con los que cuenta la dependencia a su cargo.
Como en El Hombre Araña, la más exitosa de las historietas llevadas al cine, los personajes son complejos, tienen problemas económicos y no son tan buenos ni tan malos como en la mayoría de los cómics.Los recursos cinematográficos de El Pantera son los mejor empleados en las nuevas series de Canal 5 y se nota el oficio del productor, Rodolfo de Anda, el guionista Enrique Rentería y el director de El Tigre de Santa Julia, Alejandro Gamboa.
Lo difícil es aguantar los largos segmentos comerciales, pero hasta eso se perdonaría si la Suprema Corte de Justicia logra que la televisión comercial pague al estado los impuestos que le generan sus altísimas utilidades.Aunque para ver esto tal vez haya que tener mucha serenidad y paciencia, tanta como para ver la adaptación de la que sin duda ha sido la mejor historieta de acción en México, la de Kalimán, el Hombre Increíble.
Por supuesto esto sería mucho más costoso dado el origen extranjero y los constantes viajes del personaje del turbante. Cuando esto suceda verdaderamente la televisión mexicana habrá entrado al Siglo XXI.
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