lunes, 15 de noviembre de 2010

Las Bellas Artes tienen un nuevo Palacio

Nota del Editor: ¡Vaya! Parece que no todo el dinero del bicentenario se gastó en fuegos artificiales. Por el interés permanente que tiene este reportaje de Excelsior para la cultura en México, Cartelera DF lo incluye en su antología para servicio de los lectores.


El Palacio de las Bellas Artes regresa aún más bello

En su remodelación se habilitó una de las mejores salas de conciertos del planeta, con una acústica y equipamiento digital de última generación

Arturo Páramo

CIUDAD DE MÉXICO, 15 de noviembre.- Las orquestas más grandes del mundo, compañías de ópera, espectáculos multimedia, funciones de teatro y de danza, e incluso conferencias o lecturas en voz alta tendrán el mejor foro disponible en el mundo en el corazón de la Ciudad de México: Bellas Artes.

La tarea fue titánica. Sus equipos databan de hace un siglo, pues muchos fueron habilitados desde 1908.

La mayoría funcionaron sin parar desde 1934, cuando fue abierto al público.

"Hubo un diagnóstico del Instituto de Ingeniería de la UNAM antes de iniciar, sobre todo del sistema de tramoyas. Lo que arrojó el diagnóstico de la UNAM era que era urgente cambiar los sistemas", explicó Phillipe Amand, responsable de la remodelación del teatro.

La entrevista se desarrolla dentro del recinto que presenta una actividad frenética, con olores a resinas, el "ruido rosa" con que se hacen las pruebas de audio, y obreros que terminan el foso que albergará la orquesta.

Aquellas imágenes de tramoyistas jalando cables, bolsas de arena o plomos sirviendo de contrapesos para subir o bajar escenografías son cosa del pasado en este reluciente teatro.

"Va a ser más seguro, sentirse seguro en un escenario es fundamental, el sistema de tramoya es eléctrico, ya no hay gente con contrapesos allá atrás, eso se considera peligroso.

"El sistema del telar está automatizado, ahora tienen tres sistemas de frenado, la probabilidad de que pase algo es realmente mínima", detalló Amand.

A partir del 19 de noviembre

Este trabajo colocará al Palacio de las Bellas Artes a partir del próximo 19 de noviembre como uno de los mejores teatros del orbe. Las cuestiones técnicas, de acústica, iluminación, o mecánica no podrán ser motivos para evitar presentarse en este teatro diseñado por Adamo Boari.

Amand, por ejemplo, se regodea con la consola de última generación desde la que se dirige toda la iluminación del teatro.

"Se cambiaron todas las luminarias, antiguamente lo que tenían qué hacer los técnicos era subirse a una escalera y cambiar una mica. Ahora se va a hacer desde la consola, donde se manejan con filtros dicroicos. Ya no es necesario subirse a poner micas", dijo Amand.

La labor, enumera, ha sido desmesurada. Se sustituyó prácticamente todo el equipo de tramoyas, de plataformas que elevan escenografías, se rehabilitó el doble piso del escenario y se eliminó la inclinación con que fue construido. El foso de la orquesta se amplió un metro. Se limpiaron el telón de Tiffany y el Apolo de la cúpula, se sustituyeron las butacas y se amplió el espacio entre filas, se cambiaron materiales de los palcos y se hicieron más estrechos. Por fuera, se limpiaron las dos cúpulas laterales.

En resumen, dijo el escenógrafo y especialista en iluminación, "la gran ventaja que tiene el palacio es que su tecnología es actual, es probable que en 10 años estén rebasadas por otras tecnologías, pero en este momento, sin lugar a dudas es la tecnología más importante que puedes encontrar en un teatro en el mundo".

Algo que cuesta trabajo creer es que Bellas Artes no tuviera una acústica adecuada. Ese era, sin embargo, uno de los principales defectos de este teatro.

Para Christian Ezcurdia, diseñador de audio y responsable de la acústica del teatro este problema era grave, y explicó que en los años treinta en el afán de agrandar el aforo se ampliaron los palcos laterales. Eso llevó a que el sonido ingresara a los palcos y se perdiera ahí.

"Un teatro es un instrumento musical y tiene que funcionar bien para orquesta sinfónica, cámara, teatro, y cada uno de estos requiere un ambiente acústico distinto.

"Muchos cantantes de ópera no se sentían cómodos porque no escuchaban lo que estaban haciendo, o el público no entendía lo que se decía. Lo que queremos es que los artistas usen ese instrumento y no se preocupen porque no les regrese el sonido", explicó Ezcurdia.

Ahora desde cualquier butaca o palco la acústica será excepcional, agregó.

"Todos los lugares se van a escuchar distinto, y habrá lugares que sean más apropiados dependiendo del programa (orquesta, teatro, danza, etcétera). Pero de todos los lugares vas a tener una experiencia buena", insistió Ezcurdia, quien ha participado en el diseño del sonido del Auditorio Nacional, y diversos foros de gran formato en Guadalajara y Monterrey.

Piezas de museo

Para Phillipe Amand su tarea de reposicionar al Teatro del Palacio de Bellas Artes no concluye con la reapertura del edificio. Sabe que una labor como esta tiene varias vertientes. Para empezar, aquello que se retiró o sustituyó no se fue a la basura o al reciclaje.

"Había dos maneras de hacerlo (remodelar el Teatro), modificando todo, o conservar su espíritu original y volver a diseñar el sistema como estaba colocado antes y optamos por esta segunda, pensamos que era necesario dejar la ingeniería del Palacio.

"Me importaba que quedara un registro. Se hizo un registro y una maqueta enorme de cómo era la mecánica del teatro que se va a exponer aquí (en el museo del Palacio)", detalló Amand.

Describió que muchas de las piezas que se retiraron de la mecánica del recinto tenían hasta un siglo de haber sido instaladas, entre ellos, poleas que datan de la época porfirista.

"Eran piezas de museo, ¡dentro de unos años son verdaderas piezas de museo!, había que hacer un registro de cómo funcionaba", dice Amand emocionado con su quimérica idea del Museo del Teatro del Palacio de Bellas Artes.

"La consola original de luces era una belleza, se expondrán los reflectores antiguos. Encontramos las fichas de los equipos de 1934, todo eso se guardó y será expuesto.

"Todo quedó inventariado, con notario público por si alguna vez hiciéramos el museo del teatro", aclaró el responsable de la remodelación.

"En este momento, sin lugar a dudas es la tecnología más importante que puedes encontrar en un teatro en el mundo." Phillipe Amand, encargado de la remodelación del palacio.

Murales, teatro, danza y más...

En sus paredes interiores plasmaron pinturas murales entre otros, Diego Rivera, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros, Rufino Tamayo y Jorge González Camarena.

El Palacio de Bellas Artes es la sede principal de la Orquesta Sinfónica Nacional, la Compañía Nacional de Danza, la Compañía Nacional de Ópera y el Ballet Folklórico de México.

En las artes plásticas aloja al Museo del Palacio de Bellas Artes, con ocho salas de exposición, y al Museo Nacional de Arquitectura, además de las salas Adamo Boari y Manuel M. Ponce.

Cuenta, además con librería, cafetería y una tienda de regalos.

2010-11-15 05:00:00

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